miércoles, 17 de septiembre de 2008

Agradable conversación

Las sombras de las casas se alarga mientras transcurre la mañana debido al progresivo descenso del menor de los soles, justo antes de que su aplastante hermano haga su aparición, un curioso efecto visual que no deja de llamar la atención de quienes tienen sensibilidad para apreciarlo.

Obvia decir que éste no es el caso del bueno de Estólido, que charla, o más bien monologa, con un hombre vestido con la librea de la guardia de la ciudad. Su expresión facial transmite bien a las claras su evidente deseo de que se nuble de repente el cielo y Nudor, en su infinita sabiduría, le lanze un rayo a su insoportable interlocutor. Desgraciadamente para él, no hay muestra alguna de que ninguno de los múltiples dioses a los que lleva rezando un buen rato le estén escuchando. Tampoco hay sombra de nubes. Y el capitán no entendería que abandonara su puesto sólo porque un "ciudadano", por muy pesado que fuese, hubiera iniciado una "conversación trivial". No tenía escapatoria, y lo sabía. Lo malo es que al parecer el jodido enano también, y se estaba quedando a gusto...

Con este calor no apetece sino buscar por estas polvorientas callejuelas de mierda - continúa Estólido mientras enjuaga el sudor y la saliva de su barba - a un hada duende, que por lo demás si no ha aparecido ya será porque no quiere ser encontrada, vamos, digo yo...casi igual es éste clima que el de las montañas. Con lo a gusto que estaría en Praxter... ¿le he contado que yo era senescal?. De hecho, provengo de una familia con una larga tradición en ese noble oficio...

Un buen rato después el calor precipita por fin los acontecimientos para fortuna del guardia, que ya tenía la mano en la empuñadura de su espada y estaba intentando recordar a partir de cuántas estocadas marcaba la ley que se podía aplicar el agravante de ensañamiento. A Estólido parece entrarle la prisa repentinamente, y recordando de pronto cuál era el objeto de la entrevista vuelve a formularle al guardia la media docena de preguntas que lleva repitiendo, aderezadas con interminables detalles sobre su vida y milagros, durante la tortuosa hora transcurrida. El resultado, el mismo, "nadie ha visto nada", "no me he fijado", "¿un hada duende?¿un hombre con aspecto extraño?¿aquí en Jonid?...estará de broma".

Muchas gracias amigo - se despide nuestro enano - me ha encantado hablar con usted, en serio. Me gusta mucho escuchar a la gente, aunque sean de baja condición. Siempre se aprende algo de todo el mundo, pero ahora debo dejarle, mis más sinceras disculpas. No hace falta que me lo agradezca, de verdad que ha sido un placer charlar con usted. Le dejo ya, me acercaré al Extraño misterioso a ver si esos piojosos hijos de una camella sifilítica han dejado ya el camino libre, nunca entenderé por qué a esos gnomianos no se les mantiene aparte de la población normal...adiós amigo, adiós.

Antes de que el guardia encuentre algo apropiado que decirle como despedida a su nuevo "amigo", Estólido ya camina apresuradamente, por la sombra, eso sí, de nuevo en dirección a la posada.

1 comentarios:

Diegus dijo...

es cuanto a la astronomía del mondo garguis, creo que los soles llegan a la par al medio día, así que la secuencia debería ésta si es que os parece bien: sale primero el sol menor, a las dos horas sale el mayor, llegan al cénit a la vez, luego se pone primero el mayor, luego, a las dos horas se pone el menor. La geometría del asunto nos importa un bledo, aunque encaja con un esquema de geocentrismo tipo Aristóteles (la órbita del sol mayor es elíptica, y el mondo tiene forma de lente. El caso es que nos pongamos de acuerdo. Podemos iniciar un debate tipo sabios abstrusos, luego votamos y modificamos el texto según sea la conclusión ¿ein?

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