miércoles, 31 de diciembre de 2008

EL MAPA DEL VIAJERO


Así era el mapa que la Nueva Compañía Aventurera en contró entre las pertenencias de uno de los pobres desgraciados que estaba en el cubil de la araña hecho un capullo...

viernes, 26 de diciembre de 2008

Los mejores deseos para el 2009

Que la crisis no lo sea tanto gracias a la unión de todos.

Juan Espadas, Guillermo Velasco, Luis Fonseca, y demás compañeros del estudio.
www.estudiothoth.com

LA LLAMA OSCURA

La ciudad de Jonid, aunque aparentemente inalterada, se está pudriendo, infectada por la enfermedad del Mal...

El Bién es claridad, entre lo malo y lo bueno...
Cuando estos dos aspectos se presentan con perceptible evidencia, y es, por lo tanto, posible hacer distinciones y tomar decisiones morales.

El Mal es confusión, entropía elevada, caos... no se sabe qué es lo mejor y lo peor. La Luz del Espíritu se eclipsa, y la injusticia domina mediante la Ley del Más Fuerte...
Es vivir en el Infierno... pero lo peor de todo...
...es que no lo sabes.

En las profundidades del terreno donde se asienta la ciudad, una llama invisible arde y se extiende cada vez con más fuerza... una oscuridad que paulatinamente y sin sentir va rodeando poco a poco todo. Los Soles lucen con fuerza, y las riveras del río bullen con su acostumbrada actividad vital, pero la verdad terrible es que aunque nada ha cambiado, y las faenas acostumbradas del día a día no se ven limitadas en modo alguno... ahora están dentro de una red que se acerca lentamente. Muy pronto se cerrará, y las vidas de los ciudadanos y ciudadanas se verán progresivamente asfixiadas. Todo irá a peor, pero sin causa aparente. Las circunstancias cada vez más apretadas, pero nadie a quien pedir cuentas, nada contra lo que luchar...
... asi se cierne la oscuridad.

Las primeras e imperceptibles señales ya están apareciendo...

¿Os acordáis de ese joven e impulsivo grupo de aventureros que se adentraron en las cloacas de Jonid? No han vuelto, y nadie lo sabe.
Las desapariciones continuaron, y sin resolver.
Aquellos enanos que buscaban no mandaron mensaje allende bajo las montañas sobre su suerte... ahora agrandan el nivel de las cloacas para los ejércitos que se alojarán en ellas.
Los semiorcos se entrenan en la oscuridad, y la tribu ha vuelto a sus fronteras... una noticia que hará remover fuerzas en la Liga Orca del Sur.
Su misión originaria, cumplir un trato del Plutarca, (y paralelamente de su “afecta” esposa), se ha desvanecido y ellos esperan en vano. La Posada se rumorea que ha cerrado y ya no ofrece refugio en la frontera para el viajero. Davieso ha desaparecido.
Y Orcos y Grel se acercan, olfateando la debilidad de la presa... los caminos son cada vez más inseguros al norte de Jonid.

Todo sucedió untuosamente, imposible de evitar... Abdel acudió sin recelos a la llamada de sus amigos... y abandonó la neutralidad. Ahora se encarga de tasar los bienes conseguidos... el nuevo tesorero del Imperio en ciernes. La olla está a buen recaudo, pero permanece sin abrir. Tal vez sea necesaria la presencia del gnomo para ello...

Ainara, huye como alma que lleva el Diablo con sus nuevas alitas, sin recordar de hecho mucho, pero con sus facultades telepáticas en plena funcionalidad... lo suficiente como para echar a correr
... bueno, a volar, y bien lejos.

Los compañeros aventureros reciben las órdenes de su idolatrado líder... Taner La Araña. Nunca toca nada con las manos, que casi siempre mantiene ante sí, palmas vueltas hacia adentro. Como si una fuerza invisible pugnara por escapar de su pecho, y él la sujetara. Muchas veces su mirada, al frente, se concentra en el vacío, ajeno.
Los tres Capullos son sus manos y pies, haciendo todo lo que al líder se le antoja o necesita. La tela se extiende, y él acecha desde su centro.
Vestirle, llevarle, traerle, alimentarle. A su vez, ellos mantienen al monstruo que siempre está presente con Taner, si es necesario por una emergencia. La Araña nunca acaba sus presas, para el día de mañana. Y ellos se comen a las ratas crudas.

Vuestra siguiente misión es elevar nuestro dominio al nivel de la calle. Los ladrones que se enfrentaron a vosotros pueden sumar dos y dos. Descubrid sus escondrijos, acabad lo que empezasteis, los que se resistan aniquiladlos, y los que sean aptos admitidlos a mi presencia...
...poneos manos a la obra... queridos amigos. Si tenéis éxito habrá nuevas misiones y gloria esperando para vosotros... id ahora, mis enviados.
Ah, se me olvidaba... no descuidéis, queridos, al Señor Comisario... es muy peligroso... si es necesario enviaré a mi pequeñina... pero lejos de mí es bastante incontrolable... y siempre tiene hambre... así que mejor lo solucionáis solos... mirad que os lo digo pensando en vuestra seguridad, únicamente porque me preocupo de mis pequeñuelos... hala, hala, andad, que se hace tarde.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Planes y Planeamientos

-Felicidades jefe, gran trabajo. Escribiré al hotel para que le den vacaciones más a menudo, jejeje.

Tal dice el ínclito Estólido Avieso horas después de la transformación, cuando se han echo a la idea y están dándo vueltas al asunto, vueltas y más vueltas.

-Son mis intenciones atraer a los Enanos enanos a la causa, tomar prestados los libros de conjuros de Abdel y quizá invitar amablemente al funcionario que nos ha dado permiso para explorar las cloacas a ver "una cosa importantísima, podría cambiar la historia de la ciudad para siempre, creemos que nadie, ni los más sabios, saben que está allí. Pero sería inteligente mantenerlo en secreto, y daría usted la noticia exclusiva atribuyéndose todo el mérito...claro que antes, tendría usted que verlo...etc.".

-En fin, jefe, que el mundo de la maldad está lleno de oportunidades...Viva el mal!, Viva el capital!

Arnoldo medita las palabras lárgamente.

-Qué horrible, nuestro honor por los suelos-. Termina diciendo. Y sigue...
-Bién, querido Avieso, los caminos de Nudor son ignotos, escribe recto con renglones torcidos y todo eso, y como se me insubordine le voy a poner un castigo de cien azotes, así que cuidadito.

-Procedamos en orden:

-Resurecciónes. A la señorita Ainara no le hace falta, mmmh?, ¿no nos contó que se reencarnaban en un corto espacio de tiempo?, pues eso, que aporte a la causa del mal su granito de arena resucitandose sola. Nosotros le eeeh, pagamos un entierro decentito y valiendo. Boronio, que no era más que un empleado, tiene cubiertos los gastos de entierro al haber pagado sus impuestos de contratación a los sindicatos adecuados. Siguieenteee. Con la debida piedad, enterraremos a los ladrones en el cuerpo de la excelsa amiguita de las ocho patas proceda, Lucrecio, usted que conoce las ceremonias, ahhh, adecuadas. Grandes ceremonias y rezos a Nudor, mmmmh?. Al fin y al cabo hacemos que surja el bien del mal ¿no?, he, he, heee.

-Enanos enanos. Accedo graciosamente a que se realize la idea de Avieso. Le doy permiso para organizarlo como premio, querido, mmmh?. ¡Pero no me falle!, nooo mee faallee, mmmmh?.

-Semiorcos. Querido Bron, ahh, mis felicitaciones por su astucia. Gracias a sus bien trazados planes se encuentra camino de un futuro que no podría ni imaginar, mmmh?. Creo que lo más lógico y cómodo para todos es que siga liderando esta pandilla infame que tiene por familia. Como primer mandato va a poner a sus muchachos a hacer instrucción inmediatamente. ¡Un dos, un dos! Cien latigazos al que se insubordine, y si muere, que lo den de alimento a nuestra amiguita, si, (¿puede haber un fin más feliz?). Me monta una guardia permanente en los túneles naturales que hay al fondo del pozo. Me envían in-me-di-a-ta-men-te a seis emisarios para atraer a los restantes semiorcos que pueda haber por ahí. Y ahora hablemos usted y yo, querido amigo, mmmmh?. A ver, queriiido, ¿Qué era eso de seguirnos? -Lucrecio, deje los cadáveres y venga inmediatamente, le necesito aqui-. Mire, queriiido amigo, Lucrecio viene a acompañarnos en nuestra charla, se pone muyyy nervioso si me disgusto. ¿Quién o quiénes le mandan aquí? ¿con qué intenciones? y lo más iportante de todo... ¿qué esperaban ganar con todo esto, mmmmh?

-Abdel. Se envía a Rotunda a por él, para que acuda urgentemente al cuartel general. De paso se tranquiliza al guardia de las bocas de la alcantarilla para que no se les ocurra venir a por nosotros. Rotunda, que es especialista en animales, tiene la ímproba misión de hacer que entre a la alcantarilla todo el equipo, con mulas y todo. El error o fracaso se castigará adecuadamente. Y procure venir antes de la hora de la siesta, que tiene que calentarme la cama, mmmmh?. Una vez convertido Abdel, irá a enviar mensajes a Davieso, pero antes, tasará el tesoro convenientemente e irá a venderlo. Recuperará la olla de entre las ruinas de la posada. Sólo cuando la tenga mandará a Davieso la noticia de que ha sido recuperada, pero que no se puede sacar de las alcantarillas, pues está protegida por un poderoso hechizo que no permite llevarsela. Se requiere colaboración de mago sumamente experto. Y nos hará una visitilla, eeemmmhhh?

-En cuanto al comisario, iran Arnoldo Estólido y Lucrecio. Se hará en orden, cuando vuelva Abdel (y comprará nuevas raciones de pienso para los animales), si. Pediremos que lleve a una guardia nutrida, y sacos mmmh?. Si para entonces ha salido adelante la denuncia de Abdel, aaaah, se hará saber que lo tienen todo bajo control. Se preparará que Horacio y Rotunda y Bron lleven a un nutrido grupo de los chicos para que se aposenten en uno de los túneles paralelos al que conduce a la cámara de la araña. Cuando pase el comisario irán cerrandoles el paso a una distancia prudencial. Sin combates ni riesgos. Si los Enanos están con nosotros los emplearemos a ellos, pues son más disciplinados y pueden ver sin luz bajo tierra. En ese caso, no necesitarán la compañía de semiorcos. Bastará con que vaya Horacio para revisar.

De momento es bastante. Se admiten graciosamente mmmh, ideas.

viernes, 12 de diciembre de 2008

E. Avieso: Viaje al abismo, solo ida por favor.

"Posible subtitulo": De la neutralidad políticamente correcta al mal más abyecto.

Querido lector:

Al adquirir esta obra está usted adquiriendo mucho más que un escrito en formato de dudosa calidad, está dando un paso decisivo hacia la libertad.

Encontrará en ella, desde luego, la descripción del camino que el alma de un enano "aquí cambiar enano por ciudadano del Mondo, gustará a los más estúpidos", nacido en noble cuna y con una provechosa profesión, recorrió hasta recaer, primero, en el aventurerismo más neutral, como ya veremos una lacra de nuestro tiempo que debe ser erradicada; posteriormente, en el sórdido bandolerismo y la piratería de cañería de cloaca en tierra firme."le dará un toque de novela de aventura sin descuidar el componente sentimental, gustará a las damas"

Este resultado,lejos de ser tan indeseable como pudiera parecer, ofreció a su modesto protagonista la paz y felicidad que no había encontrado en su azaroso pasado. Le dotó de metas y de medios que, por motivos puramente estéticos y morales no habría soñado utilizar en su cuadriculada, anodina, zafia y gris vida anterior "quizá demasiados adjetivos".

Y todo este conocimiento, compendio de saber, este camino al alma desnuda, del que tantas y tantas enseñanzas podrá obtener para su propio provecho, puede ser suyo por el ridículo precio de "por determinar, en función de los costes y la tirada prevista, aunque ha de ser barato si se pretende que sea un instrumento de propaganda eficaz"."Revisar precio por palabra o linea, consultar Horacio".

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Tengo una araña en la cama

-Bueno, si no vais a hacer nada, -dice...
-¿Cuál sería nuestro cometido... Señor... si optamos por ponernos a vuestro servico?
-...largaos ya.
Toingggg, por fin Rotunda dispara su flecha. Inmediatamente Arnoldo comienza sus silbidos:
-Ya conocen la estrategia, Lucrecio está protegido de las armas naturales de los malvados, puede tirar proyectiles sin romper el hechizo.
En efecto, Horacio ya está cerrando los ojos para pedir a Luvia por su hermano Lucrecio.
-No tengo hechizos, no hay nada que agarrar...-. Estólido bailotea de los nervios, aún así, prepara su agarron electrizante por si le engancha o se pone cerca. Inmediatamente su mano adquiere un brillo fosforito y vuelve a moverla como si tuviera en ella una caja con porcelana frandoriana.
En el tunel no cabe sino Lucrecio el Larva, así que pone en el suelo una rodilla preparando hachas para lanzar. Mientras, Rotunda Tundra recarga detras suyo.
El extraño, ha extendido los brazos rígidamente hacia delante, y mira extraviadamente entre ellos, la flecha de Rotunda no aparece por ninguna parte de su anatomía.
Y reciben un hechizo de sueño... Lucrecio está protegido contra el mal.
Arnodo se salva.
Rotunda se salva.
Horacio...
...cae dormidito.
-Recordad el alfiler de su solapa-. Silba Arnoldo.
Estólido...
...al suelo.
A dormir. Qué ironico, por su narcolepsia.
La señora lanza hacia Lucrecio un escupitinajo de telaraña... que resbala sobre él como si estuviera cubierto de aceite, gracias a Luvia el Ciego.
El hachazo Lucreciano parece que no quiere dar, de hecho no aparece por ningún lado, Lucrecio, confundido, se pone a buscarla.
Las rápidas flechas de la semielfa fallan y fallan. Una silba por ahí, otra por allá. Vamos, que parecería que les hubiera mirado un tuerto. (El único ojo de Horacio se mueve entre sueños por debajo del párpado como disculpándose.)
Lucrecio está tratándo de dilucidar si fue primero el huevo o la gallina.
Arnoldo le sacude una buena patada a Horacio, que empieza a balbucear: -¿qué?, mamaita...- Y se despierta.
Y luego una buena patada a Estólido...
-Peleemonos entre nosotros... ¡como la arañita no da miedo, jajajajjajajaja!-. Ahí tenemos a Rotunda.
Estólido despierta también.
-Auch!!!!...
-¿Cómo se mata una araña?... a pisotones... ¿no?-. Dice Rotunda.
-...jodidos gnomianos, hijos de una camella sifilitica!!!!
El Extraño lanza un hechizo de los de telaraña, el tío los vomita sin mover un músculo, sin utilizar componentes, sin decir esta boca es mía. Parece en trance...
El resultado, sin embargo, es irregular, Rotunda y Lucrecio se libran, Arnoldo Estólido y Horacio comen telaraña.
Lucrecio exhibe su confundido trasero a la Araña y compañía mientras ve como surgen telarañas en la retaguerdia del grupo.
-Joer, vaya mierda de mago de batalla, como ya se dijo por aqui...no resiste ni un hechizo... -. Comenta Rotunda cerrando el ojo para apuntar.
Arnoldo silba con la boca llena: -¡NADA DE ANTORCHAS!, puaf, puaf.
-...antorchas, eh?...porque estoy enredado, que si no sus ibais a enterar...
Rot, antes que el escupitinajo de la araña, consigue fallar otro disparo al Extraño Misterioso. La bicha le va a sellar el agujero del culo con el escupitinajo a Lucrecio, pero lo mueve en el último instante y cási pega a Rotunda. Finalmente se queda colgando tristemente de un ladrillo suelto.
-Lucre está protegiiidooo-. Se chotea Arnoldo.
-¡Tiradle piedras aunque sea... tenemos que hacer algo!!!-. A Rotunda se le van acabando las bromitas, pues parece claro que no están de racha.
Estólido, Arnoldo y Horacio luchan denodadamente contra la tela de araña mágica del mago puñetero. Intenta ahora su "Hacer Amiguitos..." Sus ojazos brillan seductores...
-Mmmmm-. Rotundaaa. Pero finalmente la tía le hace un garboso corte de mangas, ¡resiste!. Le güiña un ojo. Lanza la flecha. Da... El extraño hace un gesto de fastidio pero se queda tán campante. Parece que la flecha se ha quedado prendida como un adorno de su ropilla. Poca sangre, poca cosa. La oscuridad que envuelve al Extraño hace difícil apuntar.
-¡Melé, melé! si no, estamos fritos...
Lucrecio ha encontrado el norte, el hacha y el arañón, al que vuela raudo el proyectil. Esta vez no falla la puntería, y suena un golpetazo que hace encogerse al bicharraco.
Mientras tanto, Estólido Avieso sigue dando muestras de su optimismo probervial:
-Pues sí, vaya mierda de líder, vaya mierda de mago de batalla, vaya mierda de exploradora...vaya mierda de grupo, jajajajaja
-Jajajajajaja-. Responde la risa histérica de la arquera semielfa.
Lo llevais un poco mal, chicos.
Evidentemente, el tipo no sabía que los hechizos para hacer amigos no sirven de mucho en el combate, da la sensación de ser uno que de pronto tiene mucho poder, pero ha ido aprendiendo sobre la marcha, porque siguen enredados en la tela Arnoldo y el mago de Yurgain. Horacio, como es más gordo y fuerte, se ha conseguido liberar, y ahí va, renqueando sobre su pata de palo, a socorrer a sus superiores.
De nuevo tenemos la oportunidad de presenciar los efectos de un Zut-to. Pero es Rotunda Tundra la que sale perdiendo las bragas.
-Joder, tiene el repertorio completo.
¡Mama miedo!, retrocede por el túnel. Horacio la apresa, no da a basto. Hay un jaleo de cuerpos vivos y muertos, telarañas y pony que no arregla ni la misma Zyandal.
Nuestro Lucrecio vuelve a sus hachazos, pero parece como si el desorden reinante y la ausencia de su amadísimo Arnoldo a la vera lo afectara. No da ni clavo. Si acaso un horrible tajo en un ladrillo a una grán distancia de su blanco...
...y la protección contra el mal acaba de expirar.
Saca las espadas.
Arnoldo se libera.
Estolido no.
El bicho lanza un escupitinajo...
Arnoldo ayuda a Avieso.
-Sin patadas, por favor, señor Arnoldo.
Horacio está intentando retener a Rotunda.
...a Horacio.
Todos los que tratan de coger por el talle a rotunda, tienen una ocasión de oro para pillar cacho...
A Horacio le da la tela. Enredado.
-¿No es veneno?-. Arnoldo lo mira ansioso.
No, es tela.
-Tela combustible...- dice Estólido contento.
-Ah, creía que era veneno.
Tratra de inmovilizarlos
Lucrecio se lanza al ataque con las dos espadas.
Es la primera tela de la araña que da. Bien, la tela no es sólo tela. Da una extraña sensación de gustito.
Horacio se sobrepone. Nota que la tela tiene un efecto narcótico al tacto. Mentalmente narcótico. Hace una bola y se la tira al extraño. Pero falla.
Ahora comprenden las caras de las víctimas de la araña...
-Lo que no entiendo es por que no estan asadas, pero bueno...- Indignado Avieso...
Arnoldo silba que atrape a Rotunda con la tela. Pero ya surca los aires.
Hay una extraña condensación de agua en la entrada del tunel, puede que sea la causa de que no se quemara todo.
Sueño. Arno, a dormir. Lucre... (Avieso patea el esófago del jefe con mucho gusto para despertarlo) ...salva. Rot se resiste, será por el zut-to que tiene.
Horacio y Estólido salvan y patean con saña.
Siguen sujetando a Rot: -me lio a tortas!!!!- advierte aterrada.
El tío sigue impertérrito vomitando conjuros, con la mirada extraviada...
Al otro lado... -ay, que se escapa, corre, cógela bien... pero bien sujeta.
El bichejo escupe su tela a Lucrecio que ya está ahí mismo, levantando la espada amenazadoramente, a punto de dar un golpe de los suyos.
La araña le pega con la tela (y nunca mejor dicho), es buena.
Cubierto de tela pegajosa.
-Si no te han sacado los tocamientos en tus tetas, creo de veras que un par de tortas van a mejorar la situación...cuanto vicio, Yurgain...- está diciendo el lúbrico Avieso, algo asfixiado por los pechos de Rotunda.
Bueno, pues ahora melee.
Horacio pide la intervención de Luvia, quiere que juzgue y condene.
-Lucre!!! que vas solo!!!!!
Intervención divina...
...naaa. Luvia debe estar haciendo su toilette.
Lucrecio a machacar al tipo... ejm, ejm, no.
Lucrecio se para, se da la vuelta y grita: -¡SEGUID HACIENDO DAÑO A LA ARAÑAAA!
¡HACEDLA FOSFATINAAA! ¡CORTADLE LAS PATITAAAS!
-Si lo dice Lucre, hay que hacer lo contrario, ¿no?...
...¿curar a la araña?
-¡PISADLE LA CABEZAAA!
-¿Ponerle un piso?

A c o j o n a .

Arnoldo está dormidito.
Avieso enredadito.
Rot a-zut-tada.
Horacio para de conbatir y dice, -es verdad, ¡no es nuestra enemiga!
Están fuera de combate, Horacio se rinde. (De mentirijillas)
Se hace el drogado.Le había dado la tela ¿no? y ellos no lo saben seguro. Y suma dos y dos para averiguar el efecto de la tela, por su hermano.
Estolido, interpretando la maniobra de Horacio, sonrie beatíficamente aún enredado en la tela y deja de tironear.
El extraño, sigue en trance, y lanza otro hechizo. Sueño.
Lucre:
a dormir.
Rot: a dormir.
Horacio: a dormir.
Estólido: a dormir.
Bien, lo siguiente que averiguamos es que la despensa de la araña ha aumentado en cinco capullos...
Además, y dado la contínua presencia de la tela en sus cuerpos, damos por seguro el efecto final de la droga. Diez segmentos nada más. Y ya son suyos.
Los semiorcos han estado armando bulla todo el rato, pero sin decidirse a tomar medidas de momento. En cuanto se hace el silencio, comienzan a trabajar más y a hacer menos ruido: BUUUM, BUUUM, BUUUM, golpean la puerta. Pero esta vez ha sido Lucrecio con su fuerza enorme quien la ha atrancado. Con fuertes dagas de lanzar. Y la puerta es de factura enana, no es una chapuza. Todo ello los retrasa y los va poniendo más nerviosos durante el lapso de tiempo en que la araña hace su trabajo. Asi que ahora son todos amigos de el Extraño, en virtud de la droga.
-Pues se le da la razon al futuro lider de mondo y a esperar...-. Dice Avieso somnoliento, despertando entre hebras sedosas, después de tener sueños maravillosos.
Tendrán posibilidad de salvación cuando corresponda de acuerdo a las respectivas inteligencias de cada uno...
Aún no ha acabado esto.
...el extraño y la araña, ahora se dan cuenta, están mentalmente unidos...
...asi que al hacerse amigos del uno, del otro también...
-Me parece que la jefa es mamá araña-. Piensa Arnoldo. Saborea nuevas sensaciones. Una libertad desconocida.
...hasta que la situación no cambie, desde ahora son todos de índole maligna...
...el cambio, al ser involuntario, no supone un castigo de los dioses...
...no es natural...
-Nuestro honor debe ser de chiste-. Dice Estólido, completamente lúcido.
...y por supesto son leales seguidores del Extraño y sus planes...
-Ah, emmm, señor, una cosa, le pedimos que devuelva la olla a Davieso, porque nos habíamos comprometido con él.
...el extraño les deja libres, ahora sí que está seguro de ellos...
-Vuestra misión es conquistar Jonid. De la siguiente manera:
...
-Habrá que firmar un contrato, y eso... señor-. Dice Estólido. (-A ver que pone el contrato...jejejeje.)
...debeis atraer cuantos más seres mejor hasta mi y mi amiga...
-Nos lo vamos a pasar, aaah, pipa, señor.
...para que se conviertan, como vosotros...
-Pues abra la puerta.... hay 30 semiorcos-. Dice Rot.
-¿Seres? ¿no especifica el tamaño?
Lucrecio va a hacer eso exactamente. Parece triste.
-No, con tal de que sean inteligentes y humanoides...
-O sea, que valen enanos enanos...mnnnnnn...interesante...
..., cumpliendo eso...
Lucrecio lo hace con buena intencion pero es tonto...
...sois libres de seguir vuestras vidas en libertad. Aventuras y esas cosas...
...Lucrecio se acerca a la puerta llorando un poco...
... en fin, queridos súbditos, lo que os de la gana. El Extraño, Taner por nombre, hace ya un tiempo, disfruta febril de las nuevas posibilidades que se le abren con semejante reclutamiento.
-No termino de captar el vínculo que nos une al futuro monarca de mondo...ni las restricciones que impone su señoría-. Dice Avieso, gustoso por los detalles.
Todos prestan atención, incluido Lucrecio que se ha dado la vuelta momentaneamente en su camino a la puerta.
-Lo que quiero es que haya cada vez más infiltrados en puestos clave...
-Quiero decir, señor, que si nos dedicamos a traer gente, esa es nuestra misión, no podemos ir a otro sitio.
-Claro, de momento, pero más adelante sí podreis.
-Señor, aaah, necesitamos la olla, nos hemos, mmmh, comprometido. Pero espero atraer aquí al mismo Davieso. La necesitamos como cebo.
Están bajo los efectos de la droga.
-Si tenemos a Davieso con nosotros, eeeemh, podremos abrir la olla, señor.
-Oye una cosa, -dice Rotunda- ¿no podra resucitar a nuestro hada duende?
Estólido se ofrece voluntario para atraer a los enanos enanos, con el pony como cebo.
Lucrecio vuelve a su tarea, dentro de poco los orcos deberían estar entrando a raudales.
Dentro de sus posibilidades, como harían con un amigo al que adoraran y quisieran agradar, llevarán gente. Pero obviamente, de forma natural, dejarán tiempo para vivir sus vidas, tomar unas birras, cosas de esas.
Se sienten deseosos de estar cerca de la araña y su emperador todo lo posible, asi que con frecuencia querrán visitarles. Con lo cual el contacto se renovará, o no, si no se produce con éxito, no son imposibles los fracasos de la droga, pero, de momento, querrán volver...
-Estámos enamorados, está claro-. Estólido Avieso ha puesto unos ojillos de querer que dan muy mala espina.
Lucrecio se para un instante a suspirar. Ahora llora abiertamante, de felicidad.
-Bien, ahora en cuanto a Davieso-, continua el Axtraño, -y su olla, de todos los despojos que recogí, cojed lo que querais, despues de todo, sois mis amigos. Aquí estais bajo protección.
Y en cuanto a Lucre, abre la puerta y corre...
Y un torrente de orcos se precipita, con ganas de sajar todo lo que se mueva. Lucrecio se pone detrás de la araña, dispuesto a defenderla con su vida.
Estolido prepara el agarrón electrizante.
-Lucrecio, ¿cómo te pones detrás de la araña?-. Grita rotunda Tundra. Qué ironía... siendo Lucrecio. Pero al fin y al cabo, ahora todos son malignos...
-Será delante, ¿no?.
...y cree que ella le proteje, es su amiguita...
¡¡¡¡¡¡¡¡Ahora es un ogro de verdad!!!!!!!!!
Malo, malo, malo. Comeniños.Ahora es un poco cobarde, ella es taaan poderosa, seguro que se hace con los semiorcos.
De momento, el Extraño conjura un sueño.
Lucrecio espera quitarle algo de trabajo, eso es todo.
Siete de ellos caen.
-¿Cómo?-. Arnoldo está obnubilado con el poder.
Orcos, dormiditos.
Llueven proyectiles.
-Joder.....menudo manojo de semiorcos-. Rotunda se ha puesto en su posición acostumbrada, dirige Arnoldo. El grupo en bloque se encuentra detras de mamá.
Se llevan una sorpresita.
Arnoldo empieza a dirigir a todo el mundo desde la retaguardia.
Bron el Pipas, el mulero que tendría que estar con Abdel Razzag, ¡es uno de los líderes de los semiorcos!
Es un semiorco guapo...
...no se nota que es orco.
El Extraño ordena retirada, al fin y a la postree. Arnie, ADOOORA, al querido extrañito y obedece, los demás van con él.
En la esquina de la sala del Extraño, opuesta al tunelillillo, hay un pozo redondo y sin brocal y gracias a la araña que les cubre las espaldas pueden bajar por unas muescas y se encuentran en una amplia caverna, de techo alto de unos dos a cuatro segmentos dependiendo del lugar exacto de la cueva. El suelo es de arena como de playa, parece haber sido tallada por el agua, ser natural, segun Estólido.
-¿Dónde está la olla?.
Los orcos intentan bajar pero al ir de pocos en pocos acaban muertos o convertidos.
Tendrán unos nuevos amiguitos.
-Y la olla, -dice el extraño-, estaba en la carreta que se quemó... supongo que estará entre los restos... no le di mucha importancia...
-¡Pues vaya estúpido!-. (Arnoldo gusta de ser sincero con sus amigos)
-Es que comparado con lo que estaba pasando, un asunto como el de la olla, aunque importante, era secundario.
-Pues nosotros tenemos un compromiso, señor.
-Nadie os quita de ir ahora mismo a por ella.
-Pues si, y ya que somos amigos bien podría echarnos una mano en eso-. Tercia Estólido frotándose las manos.
Con los orquitos ya domesticados.
-Pero fue Avieso el que registró el escenario del incendio.... y no la vió, allí no está-. Dice Rotunda.
-No, no está-. Comfirma el enano.
En el futuro saldrán por fin de las cloacas, y conseguirán la olla, y también algo más...
-O no la ha visto, mmmh, mendrugo.
-Que no coño, que no estaba.
La olla está un poco chamuscadilla, pero el interior permanece.
-Bueno, ¿y qué va a ser de nosotros?... ¿seremos primer ministros de la araña?-. Está diciendo Rotunda.
Y también pueden robar a los pobres que están ataditos.
-Podemos no, debemos-. Rectifica Estólido. Pero siempre siguiendo las normas...
-Requisado con fines maléficos, para más gloria de Nudor (cuyos caminos son misteriosos)...
Ahora van con el Extraño...a la conquista del Mondo Gargüis...
...según la ley instaurada debidamente aqui y ahora.
...serán su mano derecha. Y tal y tal.
-Yo me pido ministro de cultura...-. Está diciendo Avieso.
-Por cierto, mmmmh, aah, Davieso nos pidió la olla, no lo que había dentro. Mmmmmh?
-...todo el dia de exposiciones y congresos.

lunes, 24 de noviembre de 2008

El Emperador del Mondo

-¿Aseteamos los capullos que no estan enteros?
Efectivamente, en los capullos hay personas envueltas.
-Pero qué sanguinario, cuidado con Arnoldo que te pega-. Horacio cuchichea asustado en el oido de Estólido Avieso.
Parecen estar vivas. Aunque deformadas por sus expresiones retorcidas y un poco hinchadas.
-!!!!!! Pensaba que eran capullos de huevos-. Rotunda, la naturalista.-Jajajajajjaja-. Aunque le duelen un poco las heridas al reir, la semielfa, que no ha heredado lo etéreo de los elfos, siempre tiene ganitas de juerga.
Los encapullados tienen arreboladas expresiones de extasis.
-Puede que los huevos estén en el interior del tipo.
-Pues lo mismo, jefe-. Rotunda se adelanta poco a poco llena de curiosidad.
Están apenas avanzados en el camino del túnel hacia el interior. Apelotonados, en fila india. Con el pony y su carga de cadáveres. Excepto los de Ainara y Boronio, que les siguen obedientes. Pueden ver una esquina de la estancia.
-Por mi elegimos hablar, ...al menos de momento...- Estólido está desconocido.
-Que sepais que, mmmh, no me quedan hechizos, queridos mios.
-¿A ver ese hacer amigos?-. Esta es Rotunda.
-Nooo tieeeneee-.
-Vaya!!!, pues... a mi no me parece que sea amigable... atentos a la araña!!, seguro que está.
Dubitativos, no avanzan. El extraño misterioso los espera en silencio.
Horacio prepara alguna cosa, murmulla.
-¿Cómo ha hecho para no quemarse?-. A Estólido le fascina todo lo que tenga que ver con eso.
-Si, creo que seria lo que tendríamos que hacer... avanzar, y cerrar la puerta-. Rotunda se muere de curiosidad.
-Mmmmh, la puerta quedó atrancada, querida-. Lucrecio da los últimos golpes a las dagas de Boronio de Talos, con las que han hecho cuñas para fijar la puerta secreta. -Aaaah, mmmh, en fin, tenemos a unos... er un bicho que matar... Así que vamos al tajo-. Arnoldo hace la señal de "preparados para la violencia". ¿Quién es usted, y qué hace aquí?
-Taner era mi nombre.
¿Era?,- interviene Rot- y ahora cual es?.
Hablan asi, desde lejos.
-Mmm, ah, Taner, ¿Qué hace aquí usted?.
Desde lejos.
Atentos a los orcos.
Exceptuando a Estolido que, haciendose el despistado, examina los capullos, un poco más de cerca.
-¡No!, desde lejos-. Silba Arnoldo.
-¿Y está cerrada la puerta?-. ¿Están un poco acojonadillos? Pero la puerta está trabada definitivamente.
Arnoldo, desde luego, ESTA un poco acojonado. -Los semiorcos están aqui. Estólido, esté atento por si parece que van a abrir.
-Mi nombre era Taner,... en el pasado.
-¿Ha muerto?
-Ahora soy el emperador del mondo. Podéis llamarme majestad.
-¿Éste es el que acompañaba a la araña?
-Si, señorita Tundra.
Estolido examina, mientras se desarrollla la conversación, los capullos un poco más de cerca. Todavía sorprendido de que no hayan ardido ya que están hechos de tela de araña.
-Está pa atarlo!!!!.
-Bien majestad, tenemos un pequeño, mmmh, si, problema en la antesala, unos invitados indeseables, hemos de ponerle a salvo.
Rot va avanzando para dejar espacio de accion.
El requemao, Avieso, llega NETAMENTE hasta el bordecito de la habitación.
-¡¡¡Despacio!!!!
Lucrecio y Horacio mantienen la posición
-No tan rápido, queridos...- Su majestad parece muy tranquilo.
Rot intenta buscar ángulo para ver más de la habitación del fondo.
-Acercaos despacio, prometo no dañaros si no haceis vosotros un gesto hostil primero.
-¡Avieso¡, que se esté atento a la puerta. Majestad, no nos atrevemos.
-Vamos, vamos, no estoy loco, acercaos sin miedo.
Por supuesto, el sr. Avieso sigue las indicaciones de su jefe y retrocede.
-Tengo algo que proponeros.
-Pero, mmmh, am, tiene un problema su majestad, hemos venido a avisarle y protegerlo con nuestras vidas insignificantes.
Rotunda se acerca, pero, ¡¡¡muy desconfiada!!!
-Muy bien, la prudencia os gobierna...
-Proponga, desde ahi, pues su luz me deslumbraría si me acercara, y de poco le iba a servir.
-Lo primero, no me preocupan eso orcos. Lo segundo, lo del emperador del mondo no es aún una realidad...
-¡¡¡Son semiorcos!!!- Por pasarse de lista la cautela de Rotunda se ha ido al garete.
-Me tranquiliza, aaah, mmmh, mhm, en grado sumo. Pero son semiorcos...
-...pero lo será...
-...su majestad.
-El destino os ha colocado en una rara y especial oportunidad.
Hable su, mmmh, excelencia.
-Tengo el firme propósito de conquistar el Mondo. Y PUEDO hacerlo, creedme.
-Para bien de todos espero, ¿mmmmh?.
-Señoría, somos gente de fe -interviene Avieso el descreido.
-(oh Nudor, socórreme, convence de tu mensaje a los, emmmh, impíos)
-Sólo esperamos que tengais algo en lo que apoyar vuestras palabras-. El enano habla desde la puerta donde se escuchan voces roncas.
-La elección que debéis de resolver es simple... os ofrezco, ni os pido ni os suplico ni os lo ordeno, os ofrezco, repito, la oprtunidad de entrar a formar parte de mi gente. Es cosa vuestra, el sí o el no.
Arnoldo pide la intervención de Nudor fervorosamente.
-Con arreglo a lo que decidais lucharemos, o no y ganará el mejor.
Nudor posee la sobresaliente habilidad de enzarzar a un individuo en una conversación, logrando que la persona cuestione sus propias creencias. A veces imbuye a sus seguidores mortales con ésta.
Se ha hecho el silencio. Mientras reza Arnoldo, Rotunda mide las distancias cuidadosamente. El jefe quiere convencer al "emperador".
-...de la cual yo no soy más que una parte...solicito el honor de estrechar vuestra mano antes de iniciar las posibles hostilidades, pues me habeis convencido, señor...-Mentimos, no se ha hecho el silencio, es que Estólido Avieso habla como un chorro cuando está nervioso. Qué queréis, nos hemos acostumbrado y ya ni le oimos.
-Sólo te pido el poder de los argumentos inmejorables, oh Nudorcito de mi alma.
-¡¡¡Lalalalala!!!- es Avieso, que no soporta el silencio. -¡Lalalala!
El gesto fue bello. Fue un buén intento. Nudor debe estar haciendo algo muy absorbente porque no se da por enterado. Eso los pone, como por otra parte no podía ser menos, en manos de sus decisiones. -¿Y bien?- dice el "emperador".
-Mmmh. Nos poneis en una decisión difícil señor.
El tipo se encuentra a unos 20 segmentos.
-No, es simple-. Contesta.
-Pero además es que tenemos miedo de los semiorcos, que hacen alboroto a vuestras puertas como podeis oir.
-Si...-dice Rotunda- voy con la magnifica espada-. (Habla de la espada maldita)
-¿Quereis venir de aventuras conmigo?
-¿A Dónde, mmh, con qué objeto? si sois tán amable.
-Si mata a los semiorcos.....
-Si os lo he dicho
-... lo mismo si, jajajajaa...-. Se ve que Rotunda esta nerviosilla.
-Los semi... esos, no son problema-. Su majestad se está poniendo seductor.
-...que nos demuestre sus poderes matando a ls semi....
-Precisamos de una señal de vuestro advenimiento, señor, y esos tipos vienen, ah, que ni pintados para ello, si perdonais el atrevimiento...
-De eso nada, o estamos juntos, o no, mi liderazgo será pronto evidente, cosa natural.
-Además... ¿cuales son las intenciones de este señor una vez detente el trono? - dice Estolido seráficamente a Arnoldo por lo bajini cuando tiene oportunidad.
-No voy a limitar vuestros movimientos en modo alguno.
-Para mi no es evidente más que gobernais un pedazo de alcantarilla.
Ante la perspectiva de una tunda Ro-tunda avanza con cuidado.
-Si...por ahora.
Arnoldo observa todo febril, intentando ver cómo puede sacar ventaja.
-A mi todo esto me huele a chamusquina...-Dice Estolido haciendo evidente su falta de olfato.
-Mmmmh -. Arnoldo hace el silbido con la marca de Rotundra de que se lava las manos ante la situación.
Rotunda ya está por los cinco segmentos de distancia del tipo.
-Psssss, 5 segmentos estan bien para mi.
Los capullos están a la altura del emperador.
Horacio sigue concentrado en su protección contra el mal
-No seais tímidos, avanzad-. Dice.
-No mola.
Y ven lo siguiente: (Arnoldo se está cabreando) ...el gorro. La oscuridad que desprende se hace mayor...
-Es una araña, ¿no?
... y empieza a aumentar de volumen, cubriendo pronto los hombros y llegando al suelo...
-Horacio y Lucrecio ¡en posición!, ¿mmh?
-Si es una araña es houdinni, joer, ¿cómo ha esquivado las llamas?-. Estólido, con la oreja pegada en la puerta, enano como es y al final de la fila, no ve ni pizca.
-Será una, mmmh, cría, pero ahora lo veremos.
...y en un segundo plano, un arañón está encima y detrás del Extraño. Tan alta como él.
-Bién.
-Bién.
-¿?
-¡Retroceded y formad linea de defensa!
-Será un placer jeeefeee.
-Orden de marcha habitual.
Es una Araña tan alta como una persona. El abdomen es globular, enorme y casi inclinándose sobre el protórax. Este último nace justo de debajo del “globo”y se extiende hacia delante, hasta que culmina con los ojos en la parte más elevada. Tiene dos ojos grandes, y un poco más abajo cuatro ojos más pequeños que rodean a los otros dos. Las cuatro patas traseras le sirven para sostenerse, y las cuatro delanteras son mucho más grandes, largas y fuertes. Acaban en pinzas de tres uñas y se arquean sobre el protórax, hacia delante y por delante. Debajo de los ojos, dos bloques masivos de forma ovalada esconden los quelíceros que portan el veneno.
-¡Protección contra el mal para Lucre, Horacio. Lucrecio, a tirar hachazos, sin entrar en cuerpo a cuerpo!
-No temais-. Dice.-Esta araña es mi protección, mantengo mi promesa, no atacaré si no atacais.
-A mi me parece un argumento consistente... recordatorio para navegantes... me queda un agarron, creo.
Todo lo que saben los clérigos es que, en ocasiones, algún monstruo o ser especial desarrolla poderes especiales, equivalentes a los de un semidiós. Pero no tienen seguridad de que este sea el caso.
-Tiene pinta...
-Lucrecio delante, luego Rot, luego Avi. ¿A qué dioses adora señor?
-¿Dioses?-. Dice.
Están en fila india, es un tunelillillo.
-A ninguno.
Rotunda empuña el arco.
-Aunque no sea un semidiós, a mi con el tamaño de la araña me vale... demosle la razón y ya veremos luego como tergiversamos el acuerdo... prudencia, prudencia... mama miedo-. Susurra estólido Avieso.
-¿Cuál es su condición moral...
Prepara la flecha.
-...señor?
-Dominaré el Mondo...
-¿Tenéis intención de hacer el bien sin restricciones?
-...¿te sirve de moralidad?
-Seguuro que si!!-. Rotunda ya ha cerrado un ojo, apunta.
-Si, si, lo leo en sus ojos multifacéticos-. La cabeza de Avieso se ha asomado por entre las piernas de los que están delante de él.
-Desde luego tiene pinta de ser un buen bicho.
-Sóoolo se domiina por el bien, y para el bien, el bien es del todo injusto, se extiende como una sombra...
-Jjajajjaj, qué bueno, Jefe
-???????????-. (Ese es el Extraño misterioso, que se ha quedado a cuadros con el discurso de Arnoldo)
-...se da al bondadoso y al maaalvadooo...
-Eso, eso, tanto bien no puede ser bueno...- Dice Estólido.
-Jjajjajajjjaja-. Rotunda se ríe como loca.
Le salen un montón de ?????????????????????????? a la araña de la cocorota.
-...Aunque creo, señor, que vos sois del tipo egoista, no os considero capaz de entenderme...
-Ehmmmm, igual es mejor que no le insultes y eso,...al menos de momento, jefe-. Dice el enano.
-...El maaal es tan injuuusto como el bién. Se da sin restricciones, sin importar los merecimientos...
-Pelmazo de nudorita...- Dice el Extraño mirando al techo.
¡¡¡¡Tiene pinta de que se va a armar la gorda!!!!
-...Me temo que sois un malvado señor, y MI RESPUESTA ES NO. ¡Idos al diablo pedazo de cagarruta!

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Simplemente Peludo

Con la rapidez del rayo, la mano de Arnoldo se dispara y se cierra como un cepo sobre la muñeca de Lucrecio. En un segundo, el hacha de mano desaparece en las heces flotantes con un "chop", y el semiogro gruñe de sorpresa y dolor, cuando los fuertes dedos del clérigo se hunden en los tendones de su muñeca. Con la mano retorcida, no tiene más remedio que arrodillarse para aliviar la presión.

Si el cabreo de Arnoldo era mayúsculo, ahora está blanco de ira, y casi no puede articular palabra...

...- Jamás - ... ¡¡¡JAMÁS!!! vuelvas a hacer algo asi...

El gigantón está tan sorprendido como los demás por el cambio de actitud del Hijo de Nudor, y no menos por la efectividad de la presa

¡Lo haré, lo haré! ríe alborozado Lucre con los ojos muy abiertos.

Luego rebusca el hacha entre sus pies, chuperretea el mango un momento pensativo, y se aleja un poco.

Entretanto, cambiando miradas entre ellos, carraspeos y silencios, se preguntan qué vendrá ahora...
Pero no hay mucho tiempo para la complacencia, pues es evidente que hay una ingente cantidad de pies chapoteando en la mierda cada vez más cerca...

¡Adentro!

Realmente, no quedan más opciones: enfrentarse a un número superior en mucho a ellos supone caer uno tras otro por desgaste, a pesar de su superioridad guerrera. Entrar en el túnel y cerrar tras ellos es poner una barrera que retrase lo ineviteble.... al menos ganarán algo de tiempo.

Y en cuanto a lo obvio... si mamá osa está en casa, pues la tendrían enfrente con orcos o sin ellos... y si no está en casa... tienen un refugio aunque sea temporal.

Las linternas iluminan una pared de humo que se acumula, todavía abundante, justo delante de ellos, apenas descubriendo las paredes irregulares y negras opr el fuego.

En total silencio, se quedan quietos, acechando y escuchando... el olor a cerrado es muy fuerte, con un toque agrio desagradable. Al cabo de varios minutos, tras los cuales los enfáticos gestos de Horacio evidencian que reconoce el olor, se oyen gemidos, débiles, lejanos.
Un sonido indistinto que a veces se concreta en lastimeras palabras incomprensibles, sollozos.
Y también crujidos.
Tras un tiempo que se hace eterno, en el que Arnoldo hace frenéticos gestos de "quietos", y "mantened la posición", el humo se va poco a poco disipando... y finalmente empiezan a ver.

Hay un túnel recto y estrecho, ennegrecido por el fuego. Las volutas de humo se complementan con los flecos de telaraña que cuelgan desmadejados por todas las periferias...
Al fondo, una luz.
En la luz un quejido, un sollozo, y leves pasos.
Por no poder, no pueden ni quedarse alli, y con toda precaución se arriesgan a avanzar levemente...tal vez conseguir un atisbo, y sí, sin necesidad de aventurarse a tiro de ningún arma, la vista es, aunque parcial, posible.
Una porción de sala, cuyas esquinas y aristas son ahora almohade curva... blanda sedaraña...
Hay a modo de tres capullos bastante grandes, al menos que se puedan ver desde aqui. No son en su cúspide opacos por completo, y dejan ver facciones deformadas, pero no desprovistas de vida...
Las horrendas expresiones son de grotesca beatitud y felicidad, y las miradas se extravían en no sé qué espacio adyacente...
Congelados en su sitio por la aprensión y la sorpresa, una figura humana entra en su campo de visión, cruzando hacia una esquina de la tétrica estancia.
La principal impresión que produce es de consunción... los miembros esqueléticos, las zancadas vacilantes, en el extremo del agotamiento, los hombros hundidos en la zozobra física y anímica. En ese momento se gira, y las facciones quedan al descubierto. El entorno de los ojos está ensombrecido, la expresión es consciente, un punto enfebrecida, al límite, pero con rígida determinación de proseguir... cueste lo que cueste. Lleva un extraño gorro negro que casi parece una peluca, pero es simplemente peludo.

- Acercaos- balbucea, echando un par de espumarajos. Mantiene sus brazos cruzados sobre el pecho, a cierta distancia por delante.

-Dejo a vuestra elección luchar, o hablar.

viernes, 14 de noviembre de 2008

El mapa de los ladrones

jueves, 13 de noviembre de 2008

La mano de Lucrecio

Retroceden sin perder la dignidad.
-Al jefe, será el mas grande, digo yo-. Estólido Avieso prepara su Zut-to
-El más viejo y el más cobarde... -. Arnoldo ha situado a Lucrecio y a Rotunda junto a la puerta secreta, en el último tunelillo, que es como una prolongación del túnel principal. De esa manera, mientras viene el enemigo, el tanque puede intentar derribar la puerta. A ello se aplica.

BUUUM. el eco se pierde en las profundidades, mezclado con los chillidos de alborozo de los atacantes.
Rotunda Tundra pone la espada a sus pies. Prepara el arco. Las hachas de lanzar se van amontonando a los pies de Lucre. Eficiente Horacio, que se ha puesto en segunda línea. A su lado, el mago de batalla prepara su zut-to encantado de la vida. Al final, Arnoldo, el lastimoso cadáver animado de Boronio de Talos, el pony cargado de tres ladrones, dos murciélagos y un hada-duende muerta. El animal está muy tranquilo, no parece distinguir entre la vida y la muerte de su amiguita. Se ve enseguida que está acostumbrado a la pelea.
-...pero el más duro, y creo que tienen tres-.
-Bueno, al que tenga pinta de jefe, y luego al que tenga pinta de subjefe...
Rotunda se mantiene fría. Silenciosa como hasta ahora, algo ausente, se prepara para vender cara su vida.
BOOOM. Nada, que no se abre.

-¿Se abre la puerta?-.
-Si-. Responde Lucrecio.
-Horacio, ayude.
BOOM. Qué curioso, aunque Horacio no es más que una sombra de su hermano, la puerta se abre... unos dos deditos. Parece completamente atascada.
-Bien, por Horus!
-¡No me nombre dioses extraños pedazo de enano!-.
-Vaale, vaale. No le pegemos fuego a las telarañas TODAVÍA, por Yurgain que de ésta van a caer unos cuantos-. Cómo le gusta el fuego.
Horacio huele y escucha por la rendija. Empuja más. La puerta se abre con un sonido de succión, y queda abierta unos dos palmos, con todos los bordes llenos de pegajoso hilos...
Los semiorcos ya están a tiro de proyectil. Los guerreros de la compañía abren fuego... pero también los otros.
-Mierda frita
-Y si está sellada por fuera debe ser que mamá está, eso, fuera.
-Pues si no se va a abrir más, momento antorcha-. Como le gusta el fuego.
Se adivina un túnel pequeño, más aún que los tunelitos.
-Que coño, las telarañas están dentro Arnoldo-.
-Si, pero la ha sellado por FUERA-.
El tunelillito está forrado de telaraña, con lo que su sección es aproximadamente oval...
-No se, creo que no, peeeeero... por dentro, ¿no?
Lucrecio ha lanzado un hachazo. Tan mal, tan mal, que el brazo sale disparado hacia adelante sin el proyectil. Se ha enganchado de una forma muy extraña en uno de los correajes que sujetan su armadura. Polc, ploc. Va a estar molestando durante todo el baile.
Horacio ha sacado su maza e intenta limpiar la puerta. Toig, toing. Rebota en la tela, y no consigue nada.
-Primero teje por dentro, luego sale y la sella, estarán sus hijitos o algo así-.
Rot ya tiene un flechazo en su hermoso pellejo.
Bonitas especulaciones... llegaron los semiorcos.
-Pues yo creo que lo más mejor sería darle candela a las telarañas, por si las moscas...o sea, por si las arañitas-. Cómo le gusta el fuego.
Están aqui...
-No, no está dentro, a no ser que luego pueda entrar por otro sitio, pero vaya vuelta para sellarla luego de haber cerrado ¿no?-.
El tiempo vuela...
Estólido va a pegarle fuego a la telaraña con la lámpara.-Perdón, Horacio y apártese... ¿alguna objeción?-. FLOASSSSSSSS. Con la emoción del fuego ha perdido su zut-to. En las niñas de sus ojos brillan dos llamitas.
-Si-. Pero ya es tarde, un humo blanco se va elevendo hacia las corrientes de ingeniosa ventilación de diseño marca enanilandia.
-Quémela y dese el gusto-. Obviamente irónico interviene Arnoldo.
Ya están aquí. De nuevo seis. Gracias a los dioses por los pequeños favores, se han separado por patrullas, y son tan imbéciles que no han pedido ayuda.
-Puede que se cargue la olla, ¿lo ha pensado?-. Horacio se lo dice bajito, amable.
-No...-.
-Ahhh-.
-...cof, cof. ¡Yo solo quería abrir la puerta cagando bemoles para que no muriera nadie!. Estólido actúa primero y piensa después...
Mientras sucede eso Arnoldo arenga a su tropa de dos, pero no consigue levantarles la moral...
-Además, si la olla es tan guay no creo que unas llamitas le hagan daño, es una OLLA, se pone en el fuego-.
-¿Y si hay más tesoro? algo como pergaminos o libros de conjuros, o capas de TELA mágicas-.
-Ooops! ...pues...espero que sean ignífugas...-
-¡Qué jodío enano de batalla!-, a pesar de todo Horacio sonríe.
-Bueno, ahora lo que cuenta es salvar el culo, que pinta la cosa muy mal...
-¡Zut-to al más feo...esto...al más jefe!-. Hace sus pasos mágicos.
Chof chof, por Lucre. Horacio vigila la puerta, escuchando, Arno dirige cómodamente desde la retaguardia.
-Horacio, avise cuando esto deje de arder para entrar-.
Los semiorcos son todos más o menos, como de la familia, tienen arcos cortos, martillos de guerra y escudos medianos. Halaaa, con un alarido, sale de patitas uno de los arqueros.
-Yujuuu, qué buena idea y que magnifico uso de los hechizos... toma nota y piezaaaa-.
(Consejos de Arno) -Usted, el zuto a uno que esté en el cuerpo a cuerpo, para que se de la vuelta y tengamos ataque por la espalda.
-Si señor, lo pensé después, cierto, cierto-.
Qué cómodo eso de hablar y hablar mientras los guerreros hacen el trabajo en vanguardia. Hasta el momento logran contener a los bichos a golpe de espadas y resoplidos. A Rot le han clavado otro flechazo, parece colgado de la ropa, pero también ha pillado chicha.
-Aauuu!!!-. Grita Rotunda.
Por gritar se lleva un martillazo de los que quieren hacerles una cara nueva. La acosan, curiosamente pasan de Lucrecio. Será por que baila, como acostumbra, con su espadón enorme, pero no hace más que meter la pata. Ridículo, ahora ha enganchado el hacha que le colgaba de las correas de la armadura con el tremendo escudo y ha inmovilizado su brazo izquierdo. Rotunda aguanta la lluvia heróicamente. Como ausente. La están remachando. De hecho recula del último porrazo, se queda como atontada, y aún más por llevarse otros dos flechazos según se queda quieta. Está perdiendo sangre que tiñe de rojo el regatillo que hay a sus pies. Horacio viene a tapar el hueco avisado por Arnoldo.
Otros pases de Avieso no parecen resultar en nada.
Lucre suelta el escudo exasperado y usa el puño además de la espada, pero el baile, aunque muy bonito, parece que no coincide con los cuerpos de sus oponentes. Tampoco Horacio tiene mejor suerte. Además se lleva el porrazo consabido. Los semiorcos aullan de gustito y hablan rápidamente en su lengua gutural.
El porrazo hace retroceder a Horacio, pero ya esta Rotunda al quite. Silbidos en lenguaje de batalla hacen que todo se mueva casi como en una coreografía. Casi. Uno de los bichos grita de repente. Un flechazo amigo le asoma por las posaderas. Otro se la clava en el sombrero. Resuenan detras gañidos de disculpa.
-Pues si, mejor será que se maten entre ellos-. El mago de batalla se ha quedado mano sobre mano. Horacio se concentra en la puerta, ya se puede ir abriendo... pero se limita a escuchar.
Esta vez Rotunda si que pega, tonk, un golpe espadero en la cabeza y uno al suelo.
-Yujuuu!!-. La chica se va animando. Parece que sale de su indiferencia.
-No creo que se haya muerto, solo ha caido al suelo-.
-Pues desconfía-.
-Pa desconfiar estamos, para uno que se cae...-.
Fallan en sus contraataques contra la semielfa culitetona.
-¡Bien!-.
A Lucrecio no le hacen mucho caso. Si. Falla el espadón una vez más. Cosas de intentar luchar según la escuela. Las poses le salen bien, pero no da... con el espadón. El pavo que líndamente esquiva el golpe tremebundo se encuentra un puño en su camino. Le cae un gancho en toda la cara que lo levanta del suelo, y cae como un fardo.
-BIEEEEEN-. El miedo que ha pasado presta alas al entusiasmo de Arnoldo.
-BIENNN, POR FIN!-. El grupo es efectivo. Encajan bien. Pegan duro. Soportan el dolor. Todo se les hace a los semiorcos demasiado patente de golpe. Uno ha huido del zut-to, otros dos están por los suelos. Los tres que quedan huyen cual conejillos...
Todos aprovechan la visión de las espaldas para intentar ataques... ...que no llegan a dar, así de ligeros escapan los muchachos.
Todos se han parado menos Lucrecio, que no ha salido del combate. Todavía lanza un hacha a los que se escapan. Falla de nuevo. Enloquecido por la frustración. Sin ver ni oir. Remata al que quedó nokeado del gancho de izquierda.
-¡Lucrecio, para... !-. Tarde. Ha llegado tarde el grito de Arnoldo.
-Pues ahora interrógale-. Rotunda mira con cierta lástima al tío. Casi ha quedado clavado al suelo.
Se hace un silencio muy espeso.
-Ah, vale, lo ha juzgado y condenado en un segundo, ¿eh?, es que juzga muy rápido-. Horacio habla quédamente, como a una fiera salvaje. Opuesto a él, Arnoldo está pálido de ira.
-Ha sido un juicio justo, las pruebas eran concluyentes. ¿O no?...-. Horacio va retrocediendo ante la mirada asesina del jefe.
-Legal... discutible. Inteligente desde luego no ha sido... en fin...-. Resuena por toda la caverna el suspiro del Enano.
Arnoldo no está muy complacido...
-Muy propio de Lucre, al fin y al cabo es un semiogro...-. Sigue incólume Avieso.
Arnoldo le empieza a dar una bronca de mil pares de demonios, hasta le pega, está furioso, Lucre se encoge como un cachorrillo. Y Arno tiene un gran directo.
Estólido trata de mediar educadamente desde una distancia prudencial.
-¡Imbécil!, plas, ¡sabandija!, paf, ¡caraculo!, plof, ¡subnormal!, raacaaa, ¡inútil!, pum, ¡arrastrao!, pom, ¡basura!...
-¡LO HE HECHO A PROPÓSITOOOO!, ¡MI MANO NO SE HA MOVIIIIDO SOOOLAAA!, ¡NO ME ARREPIENTOOO!-. Lucrecio se ríe a carcajada limpia, como cuando está profundamente desesperado.
Todo parece avivar más la ira de Arnoldo, que arrecia en su paliza.
-¡Sátrapa!, pumba, ¡bachibázuk!, tomaaa...
-Jefe, con todo el respeto y subordinación...
-¡Y TÚ QUÉ QUIEREEES!
-...no pegue a mi hermano, por favor, es que...-. Los ojos de Horacio se agrandan de sorpresa, detras de Arnoldo, Lucrecio, desesperado, a carcajada limpia, levanta el hacha arrojadiza contra su mano derecha, ¡se la va a cortar!.
-¡BUEEENAAA, BUEEENAAA, TÚ NO TIENES LA CUUULPAAA!
Excepto Rotunda, que mira curiosa al otro guerrero caído, sospechando que no esté tán muerto como parece, todos se lanzan hacia adelante, incluido Arnoldo.
-¡NOOOOOOOOO!

La Muerte de Ainara

NOOOOOOOO!!!!!

La visión era desgarradora....
dos bestias aladas mordiendo a los restos del hada duende tironeando cada una por su lado...
las alitas antes vibrantes y brillantes, ahora rotas y manchadas de sangre y mierda...
El estilete de Ainara estaba inutilmente clavado en uno de los depredadores...
Los murciélagos eran grandes y en realidad unas hermosas bestias, de pelaje aterciopelado y negro brillante... pero estaban sin duda bién dotados para la caza, con uñas afiladas, y dientes picudos y al descubierto. Sin embargo, pese a lo peligroso de aquellas armas naturales, lo más temible era la cola huesuda y afilada, fuerte como para atravesar de parte a parte a sus presas...

Asi murió Ainara... pobre polishita... (No-Pol las maAA-ta).

Jooodeeer – Arnoldo exterioriza de manera más bien poco piadosa el parecer de todos ante lo peligroso del Mondo que nos ha tocado vivir...

Estolido blande amenazadoramente su bastón
¿sigue viva? Arnoldo esperanzado.

Lucrecio y Rotunda lanzan sendos proyectiles, y las bestias caen al agua, con una flecha y un hacha clavadas...

¡Rápido, rescata a Ainara...!
Pobrecita, descanse en paz.
Podremos darle adecuada sepultura, o si es posible, resucitarla.
¿Cuánto costará un hechizo asi...? Buf.

Demasiado tarde...

Creo que deberíamos seguir todo tieso, hemos hecho mucho ruido.
Joder, pero por qué se alejó tanto...

¡Vamos! - Arnoldo reacciona – tiramos rapidito para arriba, atentos a los ruidos ... ya no está Ainara, ¿dónde quieres ponerte Rot? ¡Lucre, recoge a esos bichos!

Tengo habilidades como para ir delante, en silencio... habitualmente me muevo y exploro en terreno virgen, pero creo que me arreglaré.

Justo a tiempo: las voces ahora cercanas de los orcos estaban cada vez más cerca, y no podían permanecer más tiempo alli.

Claro que...

Pero bueno, entonces quién se pone delante, ¿no es mejor que el tanque vaya en primera fila...?
¿cuál va a ser el orden de marcha...? no lo habéis dicho... es que andar en silencio es incompatible con andar deprisita...

Arnoldo se mosquea con tanta discusión, pero Avieso no se inmuta:

Vísteme despacio... a ver, será mejor ir lento que comernos a los ladrones, que no olvidemos que pueden estar delante de nosotros, escondidos...
-¡Los semiorcos son unos treinta, te vale?
Ok, ok, si lo dice Arnoldo irá Rot, a la vista pero muy atenta y con cuidado...
-Y el tanque detrás, por donde vienen los semiorcos.

Arnoldo, sin verlo claro en absoluto, intenta consolarse como puede...

...y si hay ladrones, podemos intentar retroceder en la esperanza de que se encuentren a los semiorcos... (suspiro).

Pero, afortunadamente, no hay resto de la presencia de sus recientes agresores... y siguen adelante por un túnel que parece no terminar nunca, flanqueado por otros más pequeños a los lados. Suponiendo que sean iguales al que ya han explorado no se adentran en ellos. Todos se representan tapas cerradas de alcantarillas... ciegos túneles que limitan su paso.

¿Y si llamamos a voces...? seguro que desde las tapas de alcantarilla alguien nos escucha y nos abren...

No, dice el jefe, seríamos el hazmerreir de todo Jonid... mejor la muerte que el deshonor...

Y siguen adelante, en un túnel que cada vez lleva menos aguas... señal de que se acercan a su fin , ya que tiene menos afluentes.

...aro! Dice Estólido. ¡Es la torre de los ricos!, Estamos, según mis nada despreciables conocimientos, por la zona de la plaza mayor,,, cerca de la Torre del Homenaje.

¡¡Jaaa, ja jaaa!!, por aquí bajará mierda perfumada...
Arnoldo y su sentido del humor.
¡¡Los zurullos serán más gordos, como más sanotes!!

¿Seguimos por el principal?
Seguimos hacia el final... si vienen los orcos y nos acorralan, aquí encontraremos ayuda, pero como último recurso.

Y llegan al final del túnel. Termina, y sigue recto un tunelito, tras el consabido escalón...

Por otra parte, aquí se podría descansar... hmmm, si pudiéramos excavar una zanjilla, para que el agua corriera por el borde, y nosotros ponernos en el otro lado...

Rotunda examina cuidadosamente una pared
con mucho cuidado, minuciosamente, pasa el dedo por las junturas de las piedras... justo en el punto donde sale el tunelito, en el lado derecho...

¡¡Parece que hay una puerta aquí!!
Eeehh, parece que las habilidades de los semielfos nos van a servir para algo, después de todo...

Cerrada, pero Lucrecio siempre está dispuesto a dar un buen empellón. Sin Embargo, Arnoldo le detiene...


...está sellada cuidadosamente con tela de araña...


jooooDER
bastante gruesa, todo hay que decirlo- Si hay que juzgar el tamaño del bicho por el de su tela... buf.

Al final del camino, rodeados y sin poder seguir, encuentran por fín lo que podría ser la primera pista buena de su presa...

Parece que no viene nadie, ¡a montar el campamento!

Van cayendo en un sueño nervioso... pero dejan guardias.
Las horas pasan, y no hay cambios en el túnel, ninguna criatura se deja ver... y asi tras unas horas de sueño se van recuperando, y la magia de los dioses desciende para aliviar sus sufrimientos físicos. Arnoldo y Horacio muestran su poder. Y Estólido se levanta con nueva confianza en sí mismo y su magia renovada una vez más por el estudio de los libros de su vida.

Bien, dice Arnoldo, descendamos de vuelta, atentos a otras posibles entradas ocultas o rastros de telas, intentemos salir una vez más, ya sabemos dónde hemos de volver...

Sí, no estamos para orcos...

Orcos...

Jubilosos gritos...

...¡A por ellos...!
...El desayuno...
...¡Yo me pido los güebillos...!

Desmoralizados, retroceden, sin atinar a hilar una respuesta ingeniosa...

¡A correr, y a defender el último tunelillo! Pero antes intentaremos abrir la puerta... puede que mamá no esté en casa...
Estólido grita: A aguantar, mientras intento abrir la puerta...!
Arnoldo: ...cabrones... para sí.

...yo mi pido la pieeelll
...mi vi jas-sé un tamborrr
...con la jeta de aquel...
...Arh, arh , arh,...

Pero antes... dice Estólido... vas a ver que Zut-to a ese, espero que sea el de los huevecillos...

¡Retrocedamos, sin perder la cara! Ordena por fin Arnoldo. Dirige al grupo con silbidos hacia el tunelillo, se ha vuelto a cagar en los pantalones...

Tranquilo, jefe, no se nota con el olor de aquí... Le consuela Estólido.

Atrapados...
...en las cloacas...
...entre la araña y los orcos...
...atrapados en las cloacas.

martes, 11 de noviembre de 2008

Ainara

-Pues al final parece que vamos a explorar el nido de los ladrones-.Estólido parece ansioso por salir al aire (extraño en un enano).
-Buscaremos en el tunelillo un sitio seco, si no se puede salir, pasamos la noche ahí
No se ve, ningún orco de momento...
-en el tunelillo que hemos dejado atras-, termina Arnoldo.
-Buscaremos salida en forma de tapa de alcantarilla, o de bater, a ver si esta cagando una hermosa señorita-.
-Mejor una hermosa y barbuda enana-.
Efectivamente, avanzan por el tunelillo, es recto, y pronto empiezan a ver chorros de agua que caen desde arriba.
-No puede ser tan facil o no estaríamos atrapados en las cloacas-.
Trepar, parece que hay que trepar, no se ven escaleras.
-Ni de coña se abandona al pony, al menos este enano no lo va a hacer-.
-Noooo, noooo, que trepe Ainara con la cuerda, que es la especialista-.
-En todo caso habrá que izarlo-.
Ainara vuela hacia arriba.
-Y el pony sube gracias al la fuerza combinada de los Semiogros y al oficio de Rot-.
Termina el jefe.
Ainara vuelve, -la tapa no se mueve, jefe-.
-¿Puede fijar la cuerda?-. Estólido salta de puro nervio.
-¿No llega Lucrecio subido en Horacio?-.
Prueban, parece que no. Pero Ainara lo va a intentar.
-Que se suba alguien cachas pa mover la tapa-. El enano da saltitos de impaciencia.
-¿Y Lucrecio, luego Horacio y luego Rot?-. Arnoldo arremete de nuevo. Lo intentan, resulta bello, pero inútil.
-Pues vaya pedazo de túnel alto, ¿no hay agarres para los pies en la pered?-. Arnoldo.
-Se pueden hacer los agarres pero hariamos ruido, no interesa-. Estólido Avieso.
Están en el final del tunelito, que es ciego. Desde alli sube un pozo hacia arriba. Sin agarres ni nada.
-Jefe, dejemos que Ainara intente lo de la cuerda-. El enano.
A pesar de todo Arnoldo Paje sigue buscando agarres o peldaños.
-Cuerda OK-. Al hada duende se le oye el habla deformada por las oquedades y los ecos.
-Probando cuerda-. Estólido parece satisfecho. Pero Lucrecio prueba colgándose un poco.
-Venga, si todo ok Lucrecio, arriba a mover la tapa y ojito al tunel los demás-.
Arnoldo se pone frente a Lucrecio y habla vocalizando muy exagerado.
-Tenemos aceite, si puedes subir, dile a Ainara que no lubrique la junta de la tapa-.
-Con la fuerza de Lucre se podria colgar cabeza abajo y abrirla a patadas-. Estólido parece confiado.
-Luego, haces chimenea en el tubo y quitas todo el oxido que puedas de la junta, finalmente, empuja-.
Lucre sube. Ainara le da lo que le pide. La tapa está fija de alguna manera.
-Espero que no la hayan soldado-.
-¿No cede?-.
-¿Hay tornillos?
Las lamparas se apagan, Parece que hay que cambiar el aceite, pasa el tiempo, Ainara y Rotunda se aplican a la tarea, mientras Lucrecio, subido ahí, escucha atentamente.
La tapa tiene un hueco en el centro, con forma vagamente triangular, parece que algo encaja ahi...
¡¡¡El mango de una llave!!!
Bueno, o algo asi...
-Una puñetera llave-. Arnoldo lo masculla disgustado.
Horacio se acerca a Ainara a espaldas del jefe, luce una sonrisa picarona en su fea cabezota. -Ainara, ¿puedes abrir la tapa esa?-.
-¿Eh, ah?, claro, ahora me haces caso, ¿no?-. Llama la atención de Arnoldo.
-Nunca me dices nada... -. Ella parece ofendida y disgustada.
-Por favor, te necesitamos, ya sabes, tus... (mira a Arnoldo, que está mosqueadísimo)
..."habilidades"-.
Se le aplanan las antenitas de placer, y se pone a ello.
-Ohhhhhh, que tierno-, comenta el enano con Rotunda.
Arnoldo se mosquea. Pero no ha oído nada.
-Nada, tú-. Ainara vuelve. -Cerrado con llave-.
-Vaya-.
El enano parece que intenta orientarse.
Ainara dice (ella si se ha acordado): -Es práctica habitual en una cloaca llena de mostruos, el tener bien cerraditas las tapas de las cloacas... Orden del comisario de la city-.
-Y no puede abrir la cerrad...?-. Horacio calla a Estolido con una miradita significativa.
Pero Arnoldo está en babia y no se da cuenta.
-¿cómo está el nivel de agua para descansar?-. Intenta parecer animoso ante el panorama del agua sucia por los tobillos, pero todos lo miran como si hubiera dicho que el mundo se va a acabar.
-¿no quieren descansar en el tunelillo?, ya, bueno, emmm, con los pies mojados..., (suspiro), no nos queda más que esperar a que se vayan los mierdas de los semiorcos-.
-¿Y si le pegamos fuego a la tapa para que se dilate y luego al contraerse sea más fácil de abrir?-.
-Ya está el mago de batalla con sus ideas incendiarias, Esos semiorcos están registrando las cloacas, si no es así, ¡me como a Nudor!-.
-No hay plazo de tiempo, que yo sepa. Y meternos con los semiorcos todos jodidos no es una mision, es un suicidio. ¿Las curaciones?, ¿quedan?-. Ambos a la par, los clérigos niegan con la cabeza.-Yo estoy jodido y los demas me imagino que igual. salir no es una opción lógica-.
-Nos quedamos a defender caras nuestras vidas, estamos todos jodidos-. A arnoldose le dan bién las frasecitas.
Si no hay más remedio, se pueden quedar aqui... con los pinreles pingando.
-El cadaver del orco estaba en el primer cruce x, no?-. Al enano no le gusta la idea.
-Podemos investigar vía Ainara-. No lo saben, pero esta va a ser la idea genial de la jornada.
De momento, parece todo tranqui...
-Pero aqui no se puede descansar, por el tema del agua-. Sigue rezongando Avieso.
-Mandamos a la lad,,,este a ainara por delante-. Horacio casi mete la pata al hablar.-Si ve que está la vía libra, tiramos por el túnel principal todo tieso hasta salir-.
Ainara está siempre junto al pony, tranquilizándole , se han hecho amiguitos.
-Bueno-. Parece reluctante.
-Pero que vaya invisible y en silencio, como la vean estamos aviados-.
Se va, pero visible
-Al pony lo pacifique Rotunda, que es su trabajo, y de eso entiende, mientras se va Ainara-.
El pony se va con Ainara. Resoplando, y tal.
-sólo se puede hacer invisible una vez al día
-Rot intenta que no sea así, intenta engatusarlo con algo de licor-.
-Pero sabrá deslizanse en silencio, sigilo...-.
-SSSST-.
-Carantoñas etc
Rotunda se trae al jamelgo
-Bien, pero no nos lo emborache, ¡Lucrecio baje!-.
-Tranqilo, jefe, no va a ser fácil de emborrachar-.
-Bien, esperaremos-.
Esperan...
-¿Nadie tiene curación vulgar y corriente?, a ver si recuperamos algo-.
Rot sabe de primeros auxilios, pero sólo conocimientos básicos, se ofrece para volver a mirarles.
-Siiii, dice Estólido, que me examine, bien, bien, pero toooodo enteroooo. A ver si nos recuperamos algo, que falta hace-.
Rotunda lo intenta con los heridos una vez más. No se sabe por qué, solamente Estólido parece satisfecho.
Gritos agudos más adelante, de Ainara.
-Mierda frita-.
-Vamos para allá, muchachos, orden de marcha habitual-.
Y chillidos agudos...
-Raaaataaaa voladoraaaa!!
-Lucrecio, lleve una carroña preparada para el bicho, con perdón de los dioses. Irá cargado, vamos tranquilos-.
Los gritos se hacen dsgarradores
-Lo que necesita ese bicho es un flechazo de rotunda-.
-¡Corramos!-.
Necesitan un segmento completo para llegar... ...por lo menos
Estólido coge al pony de las bridas para dejar a rotunda libre, esta coge el arco y las flechas. Gesto fiero.
-Qué le vamos a hacer, Ainara, te queríamos-. Parece que Arnoldo habla medio en broma, medio en serio.
-Si, la vamos a echar de menos-.
-Pero las hadas duende se reencarnan-.
-Eso siempre es bonito-. Rotunda permanece en silencio, cada vez más preocupada.
-Con flores de colores y eso-.
-Si, muchas flores y eso-. Parece que Estólido Avieso está sembrado.
-Y pajarillos-.
-Y un coro que cante loas, ya me parece que lo estoy viendo-.
Siguiente segmento, llegan al final del tunelito, todavía no se ve nada.
-Loooooaaaaa, bueno, y unos elfos grel hambrientos-. El humor negro parece que alivia la ansiedad de Arnoldo.
-Si, jajaja, que bueno es ese-. En realidad el enano parece histérico, bien consciente de que se la juegan, pero le sigue el rollo al jefe.
-¡Vamos, a donde se oye la cosa!-.
En efecto, más adelante los gritos siguen desgarradores. Todos muy agudos, el de Ainara inconfundible. Cada vez más desesperada...

domingo, 9 de noviembre de 2008

Fratius

Hemos retrocedido en el tiempo y volvemos nuestra vista a Abdel el Dromedauro. Es de mañanita... los otros se han lavado y duermen, excepto Lucrecio y Bron, que velan el sueño de los demas...
-Mmmeeeh, me voy a magiztratura a buzcar un abogado-. Mientas los otros hacen sus abluciones, el dromedauro se aplica al estudio... ,brrrt.
-Iluzión Cortéz, Fingir Dureza, Aura de Invulnerabilidad, maaah, Vegiga Floja, luego Fuerza Fantazmál doz vecez, ezo baztará para lo que tengo que hacer, brrrt-.
Recordemos que Abdel es practicante del arte.
Hermosa mañana... la ciudad se despereza, y los mercadillos de la explanada se van llenando de curiosos y clientes. En la plaza mayor hay muchos profesionales, uno de ellos le viene bien. Está en un cuartucho, poco más que un almacén, con una mesa...en una habitación redonda.
-¿Qué cobra, boooh, por poner una denuncia y por ezcribir una carta y mandarla al correo para Daviezo el Gnomo, buén hombre?, mmmaaaah-.
-Bién, señor, cada cosa le costará nueve piezas de plata en total dieciocho piezas-. Calvo y pequeñito, el escribiente mira con curiosidad al dromedauro ceceante y en pleno proceso de rumiado.
-Naaaa, cinco cada, por pronto pago, y a trez zi pongo el material, mmmmmaaaah-.
-¡Imposible, las tasas municipales son cantidades fijas!
-¿Y el material?, emmmmaaah, a cinco cada una, o zea, una moneda de oro enterita para uzted, el material lo pongo yo. Mmmmah, no me diga que no eztá bién-.
-Hmmm con el material, podría ser por siete cada carta, en total catorce-.
-Vamoz hombre, bbbgbbbrrtz ah ah, uzted me quiere arruinar, ¡tengo ziete hijoz!, podría contratar zu reprezentación en el juicio, zi ez que lo hay-.
-¡Por todos los Dioses! Es usted un ser sin piedad, indiferente a las necesidades y los costes de hoy en día!, seis cada, es mi última palabra... y me arruina usted...-.
-De coztez nada amigo, bbbbh, que le eztoy poniendo un material de lo mejorcito, ¡hojaz de hechicero! ¿le he dicho que zoy practicante del arte? (con un gesto imperceptible conjura un aura de invulnerabilidad) cinco y le regalo otra rezma, mmmmaahh.-
-Oh, ah, no hay quien pueda con usted... está bien, pero será responsable del hambre de mis hijos y mi santa esposa... ...trato hecho-.
-Bueno, bueno, jjjj, jjjjh, tiene uzted la gran zuerte de haber dado conmigo, con eztoz precioz le daré mucho trabajo. Mmmmah, bién, vamoz a lo nueztro, ¿conoce el idioma de los gnomoz?, zi no le dictaré fonéticamente-.
-¿Los gnomos?, ¡naturalmente!, son una minoría, pero aqui en Takitia nos ufanamos de tener en cuenta a nuestros hijos pequeños...-.
-Quiero enviar una carta a Daviezo el gnomo, en la pozada del dezierto-.
-...Y en Vallesnorte, río abajo desde aqui, ya cerca de Los Protectorados hay muchos gnomos-.
-Bién, apunte: brgggt, "Querido Daviezo,...-.
-Aja-.
-Aquí, la Nueva compañía aventurera, noz hemoz tropezado con un zinfín de dificultadez, bbrrrrrrtz. Aparte de laz normalez del oficio, noz han zeguido unoz,mmaaaah, indivíduoz de lo máz deteztable-.
-Síiii... siga, siga-.
-Eztaba, meeh, montando guardia en laz cloacaz, para guardar la retirada a miz compañeroz, cuando irrumpió en el lugar una mmaaah, horda de zemiorcoz, con loz colorez univerzalez del menzajero. Pretendían, pmmmeeeeeEEH, entrar por la puerta que yo protegía. No tuve máz remedio que dezhacerme de elloz. Zin embargo, la coza, mmeeeh, aunque elegante no deja de zer temporal, y eztoy zeguro de que volverán-.
-A-haaa
-Zugiero mueva usted todas las, mmmmmmmmeeeEH, influenciaz de que dizponga para que acabe la coza,. Pienze también en que ez pozible que ya hayan entrado, pues yo no puedo, aammmmuuUUH, contenerloz zólo. Ademáz zozpecho de la prezencia de algún elemento máz, del todo punto zigilozo, un, jjjjfffth, robanotaz.
-¿Algo más?-.
-Azí puez, no me extrañaría que fuera necezaria alguna rezurrección. Pienze en ello y mande carta de crédito con cargo al preztamista que más le convenga para hacer frente al gazto en el templo de Nudor.
Quedando zeguro zervidor zuyo, ze dezpide amablemente: mmmmmmMMMMEEEEEEEEH,
Abrel Razzag"-.
El escriba escribe y escribe diligentemente.
-Bien, la denuncia para la torre-. Dice Abdel.
-Dígame, le escucho y presto escribo-.
-Ezcriba el encabezamiento y las fórmulaz como convenga. Puez dezeo denunciar el hecho dezcrito antez, booooh, al magiztrado-.
-Bien, bien-.
-Conzulte zuz libroz, buen hombre, puez no ze qué ley, ni de qué año, eztan violando ezoz indivíduoz. Pero me zuena a mi, que un menzajero no tiene la poteztad de meterze en laz cloacaz donde han cogido la exclusividad de zaqueo otraz perzonaz rezpetablez. De hecho, por tratarze de una labor zagrada, mmmmmeh, pudiera acusárselez incluzo de impiedad-.
-"Se dirige al Alguacil, el oficial de guardia, bajo la autoridad del Comisario de Jonid, bajo la autoridad del Sabio de Seguridad..."-.
-Aaaampfmeeeehh, haga ver que la compañía pertenece a una nación aliada y amiga de Takitia, y que en ella hay miembroz de la máz alta cuna-.
-Bien, añadiré los nombres y linajes de todos los miembros de la compañía, si tiene a bien...-
Abdel los relata.
-Aqui las tiene, ¿puedo hacer algo más por usted?-.
-Azezóreme, ¿hay que pagar alguna taza?, algún, ammmmh, trámite? zi lo dezea podemoz negociar una reprezentación por zu parte...-.
-Naturalmente, se lo dirían en la torre, hay que mantener la eficacia de nuestro sistema legal... ¿desea que yo le haga la gestión...?-.
-Zi ez tán amable... ,primero iremoz a entregar la carta para Daviezo, azí aprenderé loz tejemanejez de la ciudad, zeñor mío. Dezpuéz, zi le place, iremoz a la torre... ¿cuánto me llevará?, mmpffffh-.
-Bien, lo más rápido para la carta será enviar un mensajero... pero será caro, debido a los riesgos en el camino de encontrar monstruos o bandidos...
-¿No hay un zervicio regular?, ¿público?
-No podrá ir un mindundi cualquiera la otra opción es esperar a que la próxima caravana salga por la carretera de noroeste...
-Ze lo podríamos confiar a la, ampfff, patrulla, quizá conozca a alguien allí, ¿no ze patrulla a diario la gran carretera?
-Los Jefes de caravanas llevan correo si es necesario, lo hacen por su honor... otras veces viajan los propios funcionarios, en la caravana, por protección. No se patrulla tan lejos como la Posada... no-.
-Bién quizá, mmmmh, conozca a algún menzajero que zea cauto y dizcreto.
-Es más de medio día de viaje hasta alli
-El menzaje no debe zer interceptado por nadie, los interezes del zeñor Daviezo lo, mmmmeh, requieren
-Se patrulla, no me entienda mal... pero según sean las órdenes del día y del comisario.
-En todo cazo vamoz a buzcar a eze, mmmf, menzajero, pero no me ha dicho cuánto me cobrará uzted por laz geztionez.
-Bien, haré las gestiones, a ello iba, por un cargo de cinco monedas de oro-.
-Alaaaa, me quiere uzted mataaar-.
-En cuanto a la denuncia, loo meor serśa ir en persona. No, en absoluto, señor mío... tenga en cuenta que me ausento de mi oficina...-.
-Por los diozez, y por Alá, mfffhtjtmmmeh, zi, claro que iré en perzona. Pero eze precio excezivamente alto zupongo que incluirá al menzajero ¿no?, maz una, mmmmh, factura como mandan loz diozez de la ley-.
-...tiempo que no estoy produciendo... y esto es un negocio, si no estoy aqui pierdo clientes...
-¿incluye al menzajero o no?-.
-No, decía ir yo en persona, junto a vuecencia... para que la gestión sea digamos... más personal... ,el mensajero hay que buscarlo, y contratarlo-.
-Por una moneda creo que irá zervido querido, mmmmmeh, amigo, ezpero poder llamarlo azí de aquí en adelante-.
-¡¿una moneda?!, se burla usted de mí... de ninguna manera podemos colaborar asi...
-Luego me tiene que acompañar a la torre, ezo le valdrá otra máz, mmmmmeh, pronto pago, recuerde, nozotroz ZIEMPRE PAGAMOZ, y habrá tenido el honor de zervir a parzonajez, mmmmh, iluztrez-.
-No me ha oído...? claro que iría con usted-.
-Ah, a la torre también?, mmmmmh, mmmmmmh, MMMMMHffff, dizculpe, entoncez, doz monedaz por todo-.
-Por eso es lo del pago. A mí. Luego, mi querido amigo (por supuesto que podemos serlo) depende de lo que quiera usted contratar... pues eso. Cada mensajero es un mundo, querido amigo.
-Pienze en miz hijoz hambrientoz, y, mmmmh, en loz zuyoz, querido amigo-.
-No cuesta lo mismo, claro que no, un experto viajero, o un principiante....
-Mmmeeeh, con el menzajero hablaremoz , a ver qué cobra, ezpero que zea de toda confianza
-Dejemos claro, que son dos cosas diferentes... mi comisión, por un lado, y luego la negociación con el mensajero...
-¿He oido doz, mmmmeh, monedaz por ambaz geztionez?. Luego el menzajero.-
-Siendo usted de honrado proceder y probado honor... mi comisión se la dejaré en cuatro de oro, y luego iremos a ver al mensajero... y créame que aprenderá cómo se hacen las cosas en Jonid.... claro que sí-.
-Mmmmh, creo que noz vamoz acercando querido amigo, que zean, mmmmmf, tres, el menzajero (le pagamoz aparte luego), maaaafh, la torre (maz laz tazaz) y unaz cervezaz de mi parte para zaciar zu zed ¿zi?-.
-En las cuatro piezas de oro, incluiremos la gestión de la torre, y la gestión del mensajero-.
-¿Maz laz tazaz de la torre?, mmmmmmeh, zeguuuuro que hay que pagar alguna taza
-De acuerdo las tasas de la torre, pero no las de el mensajero... es una negociación... menos convencional. Y también las cervezas-.
No, claro, bien, muuuuuh. Vamoz allá, oiga, no he creído escuchar su nombre querido...-.
-Fratius, El Escriba. A su servicio...-.
-Vamoz Fratiuz, cierre el negocio, no tenemoz todo el día, va a salir el gran hermmmmmano zol entoncez las cervezaz-.
-Bien, bien, cuatro piezas, más lo de antes... bien-.
Salen a la Plaza, está muy animada, ya es la hora del bocata. Abdel le paga lo de antes con el dinero que dió Davieso a Horacio para gastos, no lo tiene TODO que cuarenta monedas pesan mucho
por supuesto pide la factura. Pasa todo tipo de gente mientras Fratius se embolsa su moneda.
-Bien, mmmMMMEEEH, a contratar al menzajero-.
-Bien, bien, lo primero, entonces...¡a la posada!-.
-Vamoz-.
La Posada de "El Candil y la Vela", les espera... Un señor armario sale a recibirles, saluda correcto pero seco y dice:
-Señores, paraa poder entrar en esta posada, es necesario tomar un vaso de bienvenida-.
Y, seguidamente, en una pequeña tabla que hay a su lado, procede a servir un par de buenos cazos de un líquido de color marronáceo que escancia de un barrilete. El olor... es precisamente lo que cabría esperar de un orujo de bilis. Se lo pone delante, con un "ploc".
-Uzted zerá conocido, mmmmmh, ¿no le harán beber a uzted revientaentrañaz?, ¿mmmmmah?
-Naturalmente, pero con un pipiolo nuevo, yo también lo tengo que tomar...-. Y lo toma con una sonrisa...
Abdel se lo toma de un trago. -¡Hala, mmmmmmeh, un poco de aperitivo para loz coletoz! ¿No ponen tapaz en ezta mizeria de pozada?-. Con un golpe de pazuña enhebra su truquito del arte para hacerse el duro. Siente como se cierra de un portazo la puerta sus cinco estómagos. El portero asiente con una inclinación de cabeza, y el escribano pasa... bajo las miradas sólo levemente animadas de toda la fila de parroquianos. Después Abdel.
-Un dromedauro bebe de todo-.
El interior es antiguo, con maderas gruesas y teñidas por la edad de un tono oscuro, las superficies pulidas por el roce de muchas manos.Abdel deja hacer en silencio a el escribiente. Se sientan en la barra, y una joven camarera les pregunta que qué va a ser
-Jugo de, mmmmmmeeeeEEHH, cardo, y unos alcagueses-.
-Naturalmente, naturalmente-.
Fratius se pone a mirar a su alrededor. Hay 6 mesas ocupadas y una buena cantidad de parroquianos en la barra y en los bancos a lo largo de la pared y cerca de la chimemea.
Al poco se pone a anotar en un trocito de madera y se va a huronear por la posada.
Abdel mira discretamente lo que anota. Parece una lista y un esquema de situación en la posada. Son nombres genéricos: hombre mesa 2, mesa 3, etc..., parece un esquema de gente que le ha llamado la atención.
Abdel Observa que son tres machos y cuatro hembras de humano.
Parece que contrata a un comerciante, maduro pero de buen aspecto, lleva cota de anillas y una buena espada larga, con arco largo, competente... parece. Y cierra el trato.....
-Mffffp, ¿cuánto?-.
-Cuatro de oro por el viaje y la responsabilidad y 2 MO más para mi
-¿Taaaantoooo? A uzted ya ze le paga por ezto-.
-Bien, me acabaré conformando con una-.
-Que, no, que ya le pago por ezto y por lo de la torre, brrrftfh, puñeta-.
-Pero arriesgo mi honor en esto, mi nombre de comerciante-.
-¡A uzted le he pagado bien por ezto, y el honor ze lo lleva por zervir a gente de alta cuna, zin moverze de zu pueblo! ¡brrrffftt mmmmmmmeeeEEEHH!-.
-Es usted un ser crueeeel. Aaaay, mis hijos, moriran en la estación del maaal... ...pero, bien, seamos valientes. Me ha llamado su amigo. Haré, por usted de tripas corazón, aunque queda en su conciencia la salud de mi familia-.
-Mfffff, prttff, ammmmmh, bien, bien, no ze ponga azí, tómeze otra hombre... Y en cuanto al señor...

jueves, 6 de noviembre de 2008

Atrapados en las cloacas

Rotunda Tundra cura las heridas de Estólido, Lucrecio y las suyas como buenamente puede. Con parte del licor y agua limpia que los dioses conceden a Arnoldo. Asimismo el jefe utiliza una extraña e inquietante habilidad que no le habían visto nunca, aunque todo el mundo la conoce. Podemos ver como el cadaver degollado de Boronio se levanta, muerto, inane, como una marioneta. Sigue al clérigo que lo alzó.
-Un paso previo a la resurrección, no lo vamos a dejar aquí. Querido amigo, ¿tiene alguna idea de dónde estamos?. Sin duda los indivíduos esos se han largado al exterior por ese tunelillo-.
-En terminos generales, estoy de acuerdo con lo expuesto... sin embargo, mis extensos conocimientos me permiten afirmar, casi con seguridad, que no encontraremos salida alguna al exterior-.
Estólido se mesa los bigotes con pavoneo y chulería mientras Rotunda le lava las heridas.
-Pues desaparecieron en dirección al cielo, no sé si lo recuerda-. Le replican.
-Bien, estudiemos cuidadosamente la cuestión, analizemos el lugar y...no llevamos un hada voladora?-.
-Si no hay salida al exterior, entonces siguen aquí, deberíamos largarnos deprisita-.
-Eeeeso parece. Asi que recomiendo encarecidamente precaución. Sabemos dónde se han escondido, podemos regresar cuando estemos recuperados. Al fin y al cabo, no queda otro remedio, no hemos encontrado la olla. Siento que el túnel no tendrá salida al fondo, lo cual no obsta para que haya alguna trampilla (vease sección tapas de cloaca) por los techos y bóvedas cloaqueras-.
-Bien, bien, ahora déjese de cháchara y ayude a la señorita Tundra a cargar los cadáveres en el pony ese. Parece musculoso, seguro que puede con ellos.
-No creo que el pony quiera salir al exterior.
-Por lo menos hasta la puerta. Cuando esté todo listo, seguimos cuesta abajo todo recto hasta el primer cruce en x. Recogeremos el cadáver del orco también si es que sigue allí. Quiero enterrar a todos estos como mandan los dioses-.
La compañía baja penosamente por el túnel principal, de vuelta. Con la "niña bonita", agujereada por flechas y espadas como un colador, y la otra niña, Rotunda, bastante apalizada, no tenen posibilidades de llegar muy lejos. Es entonces, después de pasar un recodo y dejar uno de esos tunelitos a la izquierda, cuando Ainara transmite a todo el grupo la sensación de presencias vivas. No hace falta más para ponerlos en marcha. A golpe de silbidos Rotunda pasa a la retaguardia pues vienen por delante y por detras. Como la sensación es más perentoria por donde vienen, todos se giran y ven... Que se oyen unos chillidos agudos y bajos. Algo con forma ratonil, pero del tamaño de un perro grande se arrastra corriente abajo aferrado a una piltrafa. De entre la piel negra y reluciente surgen unos ojos violeta fosforescente que miran con desconfianza. Un chapoteo y se extienden las alas membranosas. La sombra relampagueante a la luz de las lámparas vuela rápido hasta un hueco en el techo.
-Haga el favor de apaciguar a ese bicho antes de que descubra nuestra presencia a los que vengan por el otro lado, Señorita Tundra. Tome, la mano de uno de esos cadáveres, al fin y al cabo ya se le estaba cayendo. Creo que se lo merece después de atacarnos, ¿mmmmmh?-.
-Tenemos compañía por el otro lado... y se acercan-. Ainara revolotea hacia adelante y hacia detras.
-Seguro que de ese bicho se sacan interesantes componentes para conjuros-.
Lucrecio y Horacio vuelven a mirar hacia el otro frente.
-Ahora se alejan-. Ainara parece muy nerviosa, de pronto dice, -¿qué hacemos aqui?-.
-Estamos sobreviviendo, si no le molesta-. Arnoldo está en plena crisis de tensión, con todos sus tics disparados a plena marcha. -Y usted cuidado con sus agarrones-.
Estólido Avieso hace caso omiso, -Ainara, ¿esta usted bien?, ¿Sabe dónde estamos?, ¿sabe que día es hoy?, ¿cómo me llamo?. ¿Ein?, ¿agarrar?, aah, no, no puedo usar ese hechizo, me va el honor en ello jajajaja-. Finalmente se ha vuelto hacia su jefe con aire socarrón. -Parece que el animalillo nos ha abandonado señor-. En efecto, según confirma Rot, así a sido. -De momento parece despejado-.
Siguen bajando. Al llegar a la altura del cuarto tunelillo a su izquierda, tras otro recodo del túnel principal, se oyen claramente unas voces roncas que están cantando.
-¿Enanos enanos?-. Estólido frunce el ceño. -¿No es ese el querido sonido de los picos golpeando la roca?, metal contra piedra como un pico o como una espada...soy enano, por amor de Yurgain. Pero no, no, no pueden ser enanos, jefe.
-Mierda-. Cuando Arnoldo dice palabrotas, se diría que suenan elegantes. -Los orcos, quietos chicos no moverse ni un poquito, quizá esten enterrando a su compañero-.
-¿Enterrando los orcos?, jefe, metámonos en el tunelillo anterior cagando hadas duende-.
-Si, son semiorcos en realidad, pero tienen su honor, nos vamos por donde ha dicho Avieso, buscaremos otra salida-.
Atrapados, atrapados en las cloacas.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

La Batalla de los Ladrones

Retirada, retirada...
Cuando las cosas se tuercen, y eso significa que te cae estopa por todos lados, entonces está claro: hay que vivir para luchar otro día. Y la verdad es que hasta ahora el enemigo, eficaz y silencioso, estaba barriendo en todos los frentes...

... y sin embargo, lo que funciona en guatemala, a lo mejor no es tan adecuado en guatepeor, o como diría aquel maestro, no te apresures a cantar las maravillas del séptimo cielo, porque para los del sexto podrían no ser tales.

Y eso fue lo que les perdió. Envalentonados por el fulminante descalabro del pegaostias titular, y los graciosos grititos de la segunda titular en primera línea de combate, creyeron que el postre estaba servido, y se adelantaron con gula a catarlo...

... y asi descubrieron que un brazo que pesa lo que dos muslos y una pechuga de un parroquiano medio, sigue siendo un brazo que pesa... y todo lo demás. Los golpes eran buenos, y Rotunda los sufrió, sintiendo el filo de las malditas espadas de los bandidos, pero aún reculando, los compañeros daban la cara al peligro. Cuando los ladrones abrieron un hueco entonces, automáticamente, como un engranaje bien cuidado, Lucrecio atacó.
El golpe era engañosamente casual, pero la fuerza fue tal, que cortó en dos mitades el abdomen del desgraciado, que ya se veía contando la correspondiente batallita en la posada, con una buena jarra de cerveza orluiana y la mano en las nalgas de alguna complaciente cortesana...
Repentinamente cambió la marea de sentido... con apenas unos jadeos de sorpresa, los compañeros del caído agarraron lo que quedaba y trataron de ponerlo a salvo, los atacantes ahora cediendo el terreno que creían ganado. Pero la cosa no había acabado aún, y sus espadas apuntaban al frente, desafiantes.

¡¡¡Ese es mi Lucre!!! - Rotunda montaba su arco con la sana intención de flechear a sus arqueros.

Yodlerejijuuuu... ¿machacamos? Dijo Arnoldo esperanzado
¡¡¡Hasta la victoria siempre!!! voceó Avieso.

¡¡¡¡VAMOS!!!!, Rotunda estaba llena de adrenalina en el medio del combate...
.... pero no todo es ansia de matar....
Por Dios... no me vendría mal alguna curación... si no las habéis gastado todas.

Los bandidos retrocedían en actitud defensiva, y los arqueros iniciaron fuego de cobertura, todas a Lucrecio, con la obvia intención de acabar lo que habían empezado. Pero ya fuera por la oscuridad creada o por los nervios, casi todos los tiros marraron, y aunque lograron dañar a la mole que avanzaba sobre ellos, no fue suficiente para detenerla. Y tampoco al hermano del semiogro y el enano de batalla, que competían por ocupar un puesto en primera fila, que finalmente ocupó Horacio.
Rotunda tiró un corte oblicuo que alcanzó a otro de los ladrones en un costado, pero sin causar un daño definitivo...

...ZAS!
...ZAS!

Lucrecio hizo volar aquel espadón que era como un florete en sus manazas, y el golpe de vuelta alcanzó de lleno en el hombro a otro de ellos, en un tajo descendente que casi lo abre en dos, ahora causando una impresión honda en el ánimo de sus oponentes. Estaba claro que además de ser como un armario, aquel monstruo hacía bailar su arma, en un manejo lleno de precisión y elegancia...

Presintiéndolo, les conminó a rendirse, para que pudieran salvar sus vidas, y prometiendo cuartel. Eso sólo hizo que todos sacaran sus espadas y arremetieran contra él a la desesperada, con estúpida valentía. Aquí, pese a su valía, pudiera haberse comprometido el desenlace feliz para la Nueva Compañía aventurera... pero afortunadamente Rot estaba al quite y se adelantó para que Lucrecio pudiera descansar un poco y recibir la última curación del equipo de clérigos que trabajaba en retaguardia.
El enano, desesperado por la impotencia de no poder llegar a primera línea, casi no podía contenerse...

...-pues entonces me agarro a mí mismo-, no, mejor me espero... por Yurgain, si es sólo una sencilla cuadrícula enana...

Entretanto, los descolocados ladrones habían llegado a la dudosa protección del tunelito lateral de donde habían lanzado su ataque al principio....

....--¿¿Y el pony??

El grito desvela que algo en su retaguardia no está como esperaban, y ahora el miedo hace presa en ellos. Los compañeros aventureros llegaban ya al túnel lateral, con ganas ya de terminar lo inevitable...

Pero las sorpresas en retaguardia lo son para todos: dos figuras surgieron lentamente desde las fétidas aguas donde se habían ocultado... justo a la espalda del enano... y el brillo de los filos de las dagas centelleó en la oscuridad.

¡¡Ein!!-- Estólido se revolvió con rapidez, tratando de agarrar a alguno a la desesperada, tras sufrir una fea puñalada por la espalda y librarse por poco de la segunda.

Con redoblados bríos los ataques en el lado de Lucrecio y Rotunda se cruzaron entre todos, pero de nuevo la gelatina semiogra demostró su poderío, y otro de los atacantes se sumergió en las aguas.

Horacio, tan sorprendido como Estólido, lanzó su maza hacia delante, sin éxito, pero haciendo que los emboscados perdieran su ventaja, igualando asi las fuerzas en el nuevo frente.

--¡Agarrón Electrizante!--

El enano estaba más que dispuesto a gastar su último cartucho mágico, y sus manos empezaron a brillar con chispas azules de electricidad, mientras intentaba echar el guante al que tenía más cerca...

-- este es un hechizo que suelta chisporroteantes chispas de alegre electricidad, esa electricidad...
oh...
¡¡estamos hasta la cintura de agua!!--

Arnoldo- Sí...
Todos- Oh...

Pero ha fallado, y rápidamente disipa su energía.

--¡¡¡Menudo mago de batalla!!!--

Por supuesto, esa era Rotunda.
El premio para el enano es una puñalada que extiende su sangre con abundancia, y Horacio le salva, con un porrazo admirable que manda campaneando al agresor hacia atrás...

Y ello supone el fin efectivo de la rencilla.

Los suspiros y sollozos se unen al murmurar del agua de letrina que les rodea, mientras ven desaparecer al último de los fugitivos cuerda arriba hacia algún maldito agujero del techo donde esconder su culo...

...por fin pueden descansar y recuperarse del shock tremendo del combate, y lamentar la pérdida de Boronio, que confundido en la oscuridad no vio las dagas que buscaron su cuello, y la pérdida de Ainara, desaparecida en la confusión de la pelea. La perspectiva, en estas condiciones, de realizar una búsqueda para encontrar lo que quede de su compañera es gravosa, pero nadie se atreve a decir nada, el deber es ineludible para con su compañera...

Ainara ya se cuida sola... creo.

Arnoldo ya aborda el tema, pero planeando un descanso necesario y prudencial, cuando un resoplar hace girar todas las cabezas hacia el túnel principal.

Ainara, a lomos del pony y expresión triunfal-pero-no-dejaré-que-se-note, se acerca hacia ellos.

martes, 4 de noviembre de 2008

¿Dónde está Ainara?

-Lucrecio siempre fue un compañero generoso y afable...no le olvidaremos-. Estólido inclina la cabeza, ya no brilla su mano. Al caer en las aguas malolientes, dos de los indivíduos han acertado a atravesarle la barriga una vez más. El pobre parecería un colador si no estuviera en estado de inmersión. ¡Auuuuu!, ¡Auuuuu!, algo así como una alerta roja suena en las cabezas de toda la compañía aventurera. -Mala pinta tienen esas heridas... que alguien me ayuda a liberarmeeeee!!!!!- Rotunda, que corta telarañas como loca mientras arden y arden junto con parte de sus hermosos cabellos. Estirando al máximo la tela aún entera consigue cubrir a su compañero, los esbirros atacan encantados, pero el humo y su poropia torpeza reduce el daño para la semielfa. Horacio aprovecha para clavarle a su hermano el alfiler de su solapa, con lo que despierta sobresaltado, todavía en medio del combate. Sale un puño enorme disparado del agua sucia. Por fortuna Horacio parece prevenido y lo esquiva con facilidad. Finalmente, ensangrentado y guarro, con las flechas saliendo de la tripa, parte de un intestino casi colgando por debajo de la armadura de cuero, cabreado como mil demonios (por eso sonríe con encanto), vivo, surge el semiogro. SEÑORES!!!!!!! SERIEDAD QUE ME ESTAN ACRIBILLANDO!!!!!!! Rot ya tiene dos flechas clavadas en los higadillos, resiste, no parece grave. ¡Se libera de la tela!
-AINARA!!!!! apaga sus linternas!!!!-, -Rot tiene razón, son humanos-. Arnoldo responde a Estólido mirando al techo a ver si la ve por algún sitio, está curando a Lucrecio. Boronio apaga la suya y se hacen las tinieblas...
-¿Dónde está Ainara?

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