viernes, 4 de julio de 2008

Qué hermosa visión...

Qué hermosa visión, ver la posada llena de gente, llena de vida.
Corren malos tiempos para los negocios, y más de una mirada pesarosa y frente fruncida se prodigan cada día.
Cuando hay que apretarse el cinturón se espesan los ánimos, y si no se pone cuidado, escapan palabras tensas, incluso ofensivas y que sólo empeoran la situación. Asi es que mejor nos quedamos aquí, frente a esta jarra medio vacía, y hacemos memoria para pasar el rato.
¿Te he contado la historia de cuando la posada estaba.... bueno, nunca lo dirías, pero esta posada, rodeada por este erial estepario, de gruesas paredes arenosas y resquebrajadas por el calor... estuvo una vez rodeada de agua, junto a la orilla de algún mar lejano. Anda, cierra la boca y echa otro trago...
... Sabes que el Señor Davieso es el director, gerente, o como quieras llamarlo, de este magnífico antro... pero no siempre fue asi. ¿No te has fijado en los muros interiores, de piedra densa y gris verdoso? Evocan un ambiente de humedad. Mira las paredes de la sala;las esquinas no son tales, asi como los límites entre paredes y paredes, entre paredes y suelos, entre paredes y techos. Siempre hay un plano de transición, de manera que si hiciéramos un corte, por ejemplo siguiendo la ranura que hay en esta misma sala y que atraviesa suelo, pared, techo, pared y de nuevo al suelo, obtendríamos un corte octogonal, con los lados correspondientes a suelo, paredes y techo mucho más grandes. Extraño, ¿verdad? ¿por qué el constructor se tomó tanta molestia, en vez de hacer superficies planas como en un edificio ordinario?. Nadie podría adivinarlo, faltan piezas en el rompecabezas. Las cosas son diferentes ahora, y no permiten comprender el porqué.
Pues bién, hubo un tiempo en que mi vida era mucho más activa que hoy en día, y entonces levantaba las miradas por donde pasaba, e hice hazañas que tal vez algún día te cuente...
mi cuerpo estaba fuerte, y las gentes me mostraban respeto...
sí, sí, está bien, sólo deja que beba un trago,,,
bién, sigo...
el caso es que me debían un favor; un personaje despreciable y traicionero, pero con habilidades,... especiales... hubo de mostrarse agradecido por un asunto comprometedor, al cabo resuelto a la satisfacción de (casi) todos. Entre otras cosas de valor, en el transcurso de sus correrías en esta posada, descubrió por casualidad un pasadizo, y decidió enseñármelo. "Advierta, señoría, el perfecto borde circular de la entrada... se diría hecho por medios no humanos... tenga cuidado de estar siempre sujeto a esta soga, la caída es vertical, y las paredes lisas sin juntura... asi está bién..."
Que sí, pesado, he dicho "señoría", y no me lo he inventado, ¿te importa que siga..? como no te calles y dejes de interrumpirme con impertinencias no te cuento nada más, asi que tú mismo...
Bién, ¿por dónde iba..? ah, sí... la impresión que saqué es que existe un entramado de túneles de formas extrañas, tubulares, con repentinas y caprichosas revueltas y recodos, pero con una disposición de conjunto en general regular... vale, vale, en resumen, creo que llegan básicamente a todos los puntos de este vetusto y macizo lugar, de hecho, creo que en cada una de las estancias de la posada hay (o había, hace ya tanto tiempo de eso) un acceso a los túneles.

Y ahí se acabó la historia, y no, no sé cómo podría un ser humano accionar, ni siquiera hallar, las supuestas entradas. Inténtalo si quieres.

La cosa es que un día un borrachín me contó un cuento, igual que hoy yo te lo cuento a ti.

Hablaba de un castillo, o mansión regentada por un malvado rey tritón.
¿Que cómo es posible, si tienen que volver al agua cada poco, o quedar para siempre transformados? pues, sencillamente, el agua venía a él, y en plena audiencia podía quedar todo bajo agua en pocos minutos. Decían que todo cuanto necesitaba era desearlo, y aquella estancia de su mansión adonde quería ir quedaba inundada antes de su llegada. Bien es cierto que las audiencias con su alteza, si esto es verdad, serían únicas, literalmente, para bípedos como los humanos, pero el caso es que por aquellos lares tenía fama de buén huésped, además de buén conversador, y, ...
¿eh?, ah que me voy por las ramas, bién, sí, ya sabes, licencia de la edad...
bién, para terminar, el cuento terminaba mal, para su majestad el rey tritón (sí, sí, sin mayúsculas, otra licencia de quien ya se aproxima al ocaso de su vida...) pues fue engañado por un hechicero, o un ladrón de malas artes, y utilizando su propia magia contra él, fué vencido. Después de que pasó todo, el castillo (o mansión, o lo que quieras,...) había desaparecido, y se oyeron durante muchas estaciones las rugientes maldiciones del oleaje, y las promesas de venganza del pobre y malvado rey tritón...

Bién, paga otra ronda y termino, la historia,... pero no seas roña, y pide una ración de algo hombre,... que hablar no sólo da sed.

Como te podrás figurar, no soy, a estas alturas, pero entonces tampoco, un crédulo lenguaraz, y disfruté del relato aquella noche, y asimismo lo olvidé, pero desde lo de los túneles, el tiempo me ha hecho asociar cada vez más la posada con el cuento, y sí, te lo creas o no, digo que esta posada era aquel castillo, y el señor Davieso aquel osado aventurero...

¡Cómo, eso no me lo dices a la cara de puertas afuera! ¡¡Y lo pagado, pagado está!!
...
...
...

(Mini-Moni)
Estimados clientes, el señor director me comunica que los caballos han sido devueltos a los establos en relativas buenas condiciones, y ya han terminado de limpiar la sangre, y los desperfectos estarán solucionados para mañana... Señor Anciano Aventurero, respetuosamente, y en nombre del director, me permito rogarle que contribuya a conservar la paz en estos tiempos de crisis... Lo de la araña gigante que devoró a los incautos visitantes del carromato, aunque certeramente atajado por usted, fue innecesariamente violento, y este episodio no le hace ganar muchos puntos...

en fin, otro día de servicio acaba en la posada...

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