domingo, 11 de enero de 2009

Agotamiento

Estaba agotada, hacia tiempo que no dormía y descansaba de verdad, y sentía como se le cerraban los ojos de pie, también estaba herida y tenia extraños cortes en los brazos, eran poco profundos, no sangraban, apenas eran heridas, pero le escocían y dolían, y lo peor de todo era que no lograba acordarse de cómo se los había hecho…
Mientras caminaba hacia la salida de las cloacas, Rotunda se despisto y dio un rodeo grande, iba despistada, no estaba concentrada en lo que hacia , se sentía extraña, y no podía encontrar el motivo que la mantenía despistada, esta vez no podía echar la culpa a las pesadillas que solía tener con su madre como protagonista, hacia tiempo que ni pensaba en ella, mientras pensaba esto un pensamiento de vacio, de caída al vacio se apodero de ella, mas concretamente de ser empujada a un abismo negro, sin fondo , acto seguido se vio hundida en un charco de color y olor sospechosos. Tras maldecir sonora y copiosamente su suerte, sacudirse la mierda y volver a maldecir vio al fondo del túnel la luz de la mañana.
No es que la costara hacer entrar a las mulas en las cloacas como le había indicado su líder, es que fue incapaz de hacerlo. Las mulas no solo se resistían a entrar, es que incluso se mostraban nerviosas cuando intentaba acercarse a su cabeza y hablarlas con amistosa confianza, se retiraban e incluso se encabritaban cuando tiraba de las riendas… Intento incluso el viejo truco de la zanahoria atada a un palo, a modo de caña, tal y como había visto de pequeña en alguna ilustración de los cuentos que contaban los bardos…
La hora de la siesta del jefe se acercaba, y dándose por vencida con las mulas, decidió que a lo mejor si le calentaba la cama al jefe, se libraría del castigo prometido, pero antes de acudir a su “cita” en la cama del jefe decidió lavarse un poco, ella no lo notaba, pero sospechaba que el charco ese en el que cayo no debía de haber dejado buen olor en su cuerpo, así que con armadura y todo se sumergió en el agua, a la vez que se la quitaba la limpiaba y quitaba esos asquerosos tropezones de mierda… cuando por fin, ya desnuda, sumergió la cabeza en el agua para limpiarla un poco, una extraña sensación de oscuridad se apodero de ella, el agua perdió la luz que la rodeaba, estaba en un circulo de oscuridad y alguien la sujetaba la cabeza bajo el agua, era incapaz de sacarla para tomar aire, sentía que se ahogaba, cuando estuvo a punto de desmallarse por la asfixia, la visión de su madre lavando su cabello, ayudándola a sacar la cabeza del agua la despertó y pudo tomar aire al fin, se tumbo en la orilla, disfrutando de cada bocanada de aire y secándose al calor de los soles de Jonid…
De vuelta en los túneles, y medio corriendo para acudir a si cita con el jefe, se volvió a perder. Estaba mareada y agotada, así que lo de calentar la CAMA, ya fuera al jefe o a cualquier otro, no la disgustaba demasiado, ella solo visualizaba la CAMA… según se tumbó se durmió, no respondió a las preguntas de sus compañeros al respecto de las mulas, llegar, tumbarse y dormirse y ponerse a soñar fue una misma acción…

Paseaba por su bosque, conocía ese bosque como la palma de su mano, sabia que hoja de que árbol caería primero al suelo cuando llegara el otoño, se dirigía a su árbol preferido para dormir la siesta. Cuando se tumbo en sus ramas para descansar, percibió en sus ramas mas altas una sombra que descendía hacia ella, se movía con agilidad y rapidez, tanta que no la dio tiempo a reaccionar, cuando quiso hacerlo se vio sujeta a la rama que había elegido para descansar, su cuerpo sobre la rama y sus extremidades bajo ella, el peso era tal que sentía que se la desmembraba poco a poco, sentía las articulaciones de los hombros desencajarse, los músculos de los muslos estirarse hasta que, como le sucede a una mala cuerda, se rompen hilo a hilo.

Despertó empapada en sudor y gritando como loca…

2 comentarios:

Diegus dijo...

Qué bueno, me ha gustado mucho Rot.

Petrus dijo...

¡Y a mí también!

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