viernes, 26 de diciembre de 2008

LA LLAMA OSCURA

La ciudad de Jonid, aunque aparentemente inalterada, se está pudriendo, infectada por la enfermedad del Mal...

El Bién es claridad, entre lo malo y lo bueno...
Cuando estos dos aspectos se presentan con perceptible evidencia, y es, por lo tanto, posible hacer distinciones y tomar decisiones morales.

El Mal es confusión, entropía elevada, caos... no se sabe qué es lo mejor y lo peor. La Luz del Espíritu se eclipsa, y la injusticia domina mediante la Ley del Más Fuerte...
Es vivir en el Infierno... pero lo peor de todo...
...es que no lo sabes.

En las profundidades del terreno donde se asienta la ciudad, una llama invisible arde y se extiende cada vez con más fuerza... una oscuridad que paulatinamente y sin sentir va rodeando poco a poco todo. Los Soles lucen con fuerza, y las riveras del río bullen con su acostumbrada actividad vital, pero la verdad terrible es que aunque nada ha cambiado, y las faenas acostumbradas del día a día no se ven limitadas en modo alguno... ahora están dentro de una red que se acerca lentamente. Muy pronto se cerrará, y las vidas de los ciudadanos y ciudadanas se verán progresivamente asfixiadas. Todo irá a peor, pero sin causa aparente. Las circunstancias cada vez más apretadas, pero nadie a quien pedir cuentas, nada contra lo que luchar...
... asi se cierne la oscuridad.

Las primeras e imperceptibles señales ya están apareciendo...

¿Os acordáis de ese joven e impulsivo grupo de aventureros que se adentraron en las cloacas de Jonid? No han vuelto, y nadie lo sabe.
Las desapariciones continuaron, y sin resolver.
Aquellos enanos que buscaban no mandaron mensaje allende bajo las montañas sobre su suerte... ahora agrandan el nivel de las cloacas para los ejércitos que se alojarán en ellas.
Los semiorcos se entrenan en la oscuridad, y la tribu ha vuelto a sus fronteras... una noticia que hará remover fuerzas en la Liga Orca del Sur.
Su misión originaria, cumplir un trato del Plutarca, (y paralelamente de su “afecta” esposa), se ha desvanecido y ellos esperan en vano. La Posada se rumorea que ha cerrado y ya no ofrece refugio en la frontera para el viajero. Davieso ha desaparecido.
Y Orcos y Grel se acercan, olfateando la debilidad de la presa... los caminos son cada vez más inseguros al norte de Jonid.

Todo sucedió untuosamente, imposible de evitar... Abdel acudió sin recelos a la llamada de sus amigos... y abandonó la neutralidad. Ahora se encarga de tasar los bienes conseguidos... el nuevo tesorero del Imperio en ciernes. La olla está a buen recaudo, pero permanece sin abrir. Tal vez sea necesaria la presencia del gnomo para ello...

Ainara, huye como alma que lleva el Diablo con sus nuevas alitas, sin recordar de hecho mucho, pero con sus facultades telepáticas en plena funcionalidad... lo suficiente como para echar a correr
... bueno, a volar, y bien lejos.

Los compañeros aventureros reciben las órdenes de su idolatrado líder... Taner La Araña. Nunca toca nada con las manos, que casi siempre mantiene ante sí, palmas vueltas hacia adentro. Como si una fuerza invisible pugnara por escapar de su pecho, y él la sujetara. Muchas veces su mirada, al frente, se concentra en el vacío, ajeno.
Los tres Capullos son sus manos y pies, haciendo todo lo que al líder se le antoja o necesita. La tela se extiende, y él acecha desde su centro.
Vestirle, llevarle, traerle, alimentarle. A su vez, ellos mantienen al monstruo que siempre está presente con Taner, si es necesario por una emergencia. La Araña nunca acaba sus presas, para el día de mañana. Y ellos se comen a las ratas crudas.

Vuestra siguiente misión es elevar nuestro dominio al nivel de la calle. Los ladrones que se enfrentaron a vosotros pueden sumar dos y dos. Descubrid sus escondrijos, acabad lo que empezasteis, los que se resistan aniquiladlos, y los que sean aptos admitidlos a mi presencia...
...poneos manos a la obra... queridos amigos. Si tenéis éxito habrá nuevas misiones y gloria esperando para vosotros... id ahora, mis enviados.
Ah, se me olvidaba... no descuidéis, queridos, al Señor Comisario... es muy peligroso... si es necesario enviaré a mi pequeñina... pero lejos de mí es bastante incontrolable... y siempre tiene hambre... así que mejor lo solucionáis solos... mirad que os lo digo pensando en vuestra seguridad, únicamente porque me preocupo de mis pequeñuelos... hala, hala, andad, que se hace tarde.

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