jueves, 13 de noviembre de 2008

La Muerte de Ainara

NOOOOOOOO!!!!!

La visión era desgarradora....
dos bestias aladas mordiendo a los restos del hada duende tironeando cada una por su lado...
las alitas antes vibrantes y brillantes, ahora rotas y manchadas de sangre y mierda...
El estilete de Ainara estaba inutilmente clavado en uno de los depredadores...
Los murciélagos eran grandes y en realidad unas hermosas bestias, de pelaje aterciopelado y negro brillante... pero estaban sin duda bién dotados para la caza, con uñas afiladas, y dientes picudos y al descubierto. Sin embargo, pese a lo peligroso de aquellas armas naturales, lo más temible era la cola huesuda y afilada, fuerte como para atravesar de parte a parte a sus presas...

Asi murió Ainara... pobre polishita... (No-Pol las maAA-ta).

Jooodeeer – Arnoldo exterioriza de manera más bien poco piadosa el parecer de todos ante lo peligroso del Mondo que nos ha tocado vivir...

Estolido blande amenazadoramente su bastón
¿sigue viva? Arnoldo esperanzado.

Lucrecio y Rotunda lanzan sendos proyectiles, y las bestias caen al agua, con una flecha y un hacha clavadas...

¡Rápido, rescata a Ainara...!
Pobrecita, descanse en paz.
Podremos darle adecuada sepultura, o si es posible, resucitarla.
¿Cuánto costará un hechizo asi...? Buf.

Demasiado tarde...

Creo que deberíamos seguir todo tieso, hemos hecho mucho ruido.
Joder, pero por qué se alejó tanto...

¡Vamos! - Arnoldo reacciona – tiramos rapidito para arriba, atentos a los ruidos ... ya no está Ainara, ¿dónde quieres ponerte Rot? ¡Lucre, recoge a esos bichos!

Tengo habilidades como para ir delante, en silencio... habitualmente me muevo y exploro en terreno virgen, pero creo que me arreglaré.

Justo a tiempo: las voces ahora cercanas de los orcos estaban cada vez más cerca, y no podían permanecer más tiempo alli.

Claro que...

Pero bueno, entonces quién se pone delante, ¿no es mejor que el tanque vaya en primera fila...?
¿cuál va a ser el orden de marcha...? no lo habéis dicho... es que andar en silencio es incompatible con andar deprisita...

Arnoldo se mosquea con tanta discusión, pero Avieso no se inmuta:

Vísteme despacio... a ver, será mejor ir lento que comernos a los ladrones, que no olvidemos que pueden estar delante de nosotros, escondidos...
-¡Los semiorcos son unos treinta, te vale?
Ok, ok, si lo dice Arnoldo irá Rot, a la vista pero muy atenta y con cuidado...
-Y el tanque detrás, por donde vienen los semiorcos.

Arnoldo, sin verlo claro en absoluto, intenta consolarse como puede...

...y si hay ladrones, podemos intentar retroceder en la esperanza de que se encuentren a los semiorcos... (suspiro).

Pero, afortunadamente, no hay resto de la presencia de sus recientes agresores... y siguen adelante por un túnel que parece no terminar nunca, flanqueado por otros más pequeños a los lados. Suponiendo que sean iguales al que ya han explorado no se adentran en ellos. Todos se representan tapas cerradas de alcantarillas... ciegos túneles que limitan su paso.

¿Y si llamamos a voces...? seguro que desde las tapas de alcantarilla alguien nos escucha y nos abren...

No, dice el jefe, seríamos el hazmerreir de todo Jonid... mejor la muerte que el deshonor...

Y siguen adelante, en un túnel que cada vez lleva menos aguas... señal de que se acercan a su fin , ya que tiene menos afluentes.

...aro! Dice Estólido. ¡Es la torre de los ricos!, Estamos, según mis nada despreciables conocimientos, por la zona de la plaza mayor,,, cerca de la Torre del Homenaje.

¡¡Jaaa, ja jaaa!!, por aquí bajará mierda perfumada...
Arnoldo y su sentido del humor.
¡¡Los zurullos serán más gordos, como más sanotes!!

¿Seguimos por el principal?
Seguimos hacia el final... si vienen los orcos y nos acorralan, aquí encontraremos ayuda, pero como último recurso.

Y llegan al final del túnel. Termina, y sigue recto un tunelito, tras el consabido escalón...

Por otra parte, aquí se podría descansar... hmmm, si pudiéramos excavar una zanjilla, para que el agua corriera por el borde, y nosotros ponernos en el otro lado...

Rotunda examina cuidadosamente una pared
con mucho cuidado, minuciosamente, pasa el dedo por las junturas de las piedras... justo en el punto donde sale el tunelito, en el lado derecho...

¡¡Parece que hay una puerta aquí!!
Eeehh, parece que las habilidades de los semielfos nos van a servir para algo, después de todo...

Cerrada, pero Lucrecio siempre está dispuesto a dar un buen empellón. Sin Embargo, Arnoldo le detiene...


...está sellada cuidadosamente con tela de araña...


jooooDER
bastante gruesa, todo hay que decirlo- Si hay que juzgar el tamaño del bicho por el de su tela... buf.

Al final del camino, rodeados y sin poder seguir, encuentran por fín lo que podría ser la primera pista buena de su presa...

Parece que no viene nadie, ¡a montar el campamento!

Van cayendo en un sueño nervioso... pero dejan guardias.
Las horas pasan, y no hay cambios en el túnel, ninguna criatura se deja ver... y asi tras unas horas de sueño se van recuperando, y la magia de los dioses desciende para aliviar sus sufrimientos físicos. Arnoldo y Horacio muestran su poder. Y Estólido se levanta con nueva confianza en sí mismo y su magia renovada una vez más por el estudio de los libros de su vida.

Bien, dice Arnoldo, descendamos de vuelta, atentos a otras posibles entradas ocultas o rastros de telas, intentemos salir una vez más, ya sabemos dónde hemos de volver...

Sí, no estamos para orcos...

Orcos...

Jubilosos gritos...

...¡A por ellos...!
...El desayuno...
...¡Yo me pido los güebillos...!

Desmoralizados, retroceden, sin atinar a hilar una respuesta ingeniosa...

¡A correr, y a defender el último tunelillo! Pero antes intentaremos abrir la puerta... puede que mamá no esté en casa...
Estólido grita: A aguantar, mientras intento abrir la puerta...!
Arnoldo: ...cabrones... para sí.

...yo mi pido la pieeelll
...mi vi jas-sé un tamborrr
...con la jeta de aquel...
...Arh, arh , arh,...

Pero antes... dice Estólido... vas a ver que Zut-to a ese, espero que sea el de los huevecillos...

¡Retrocedamos, sin perder la cara! Ordena por fin Arnoldo. Dirige al grupo con silbidos hacia el tunelillo, se ha vuelto a cagar en los pantalones...

Tranquilo, jefe, no se nota con el olor de aquí... Le consuela Estólido.

Atrapados...
...en las cloacas...
...entre la araña y los orcos...
...atrapados en las cloacas.

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